lunes, 22 de marzo de 2010

Los invernaderos de Motril dan la alarma El cierre de la planta de residuos agrícolas del municipio crea un grave problema

22.03.10 - 01:56 -

«Otra más a la espalda, lo que nos faltaba». La frase de Fernando González, joven agricultor de Carchuna, refleja el hartazgo y la desesperación que en esta campaña invade a los agricultores de la Costa granadina, que han tenido que hacer frente a los problemas de la crisis de precios, a los daños por los temporales y ahora, al cierre temporal de la planta de tratamientos de residuos agrícolas de Motril. Tras una semana de cierre provisional por «problemas técnicos», según Diputación, la basura se acumula ya a las puertas de los invernaderos y genera un grave peligro sanitario, por la posible aparición de plagas.
«Imagina que el servicio de limpieza de una ciudad se pone en huelga y tienes que ir dejando las bolsas de basura en la misma puerta de tu casa, aquí es lo mismo», relata el agricultor. Tras la crisis del precio del pepino y los reveses que están soportando los productores desde el pasado otoño, Antonio González no va a tirar la toalla, aunque tiene claro que «es de locos dedicarse a esto».
Pero no sólo los agricultores están afectados por el cierre de la planta, las grandes empresas comercializadoras de hortofrutícolas de la Costa también han dado la alarma. «Esto es lo que faltaba por venir. Lo que más me preocupa es la escasa información que recibimos», lamenta el presidente de la cooperativa Granada-La Palma, Pedro Ruiz. Además, como ya han hecho las organizaciones agrarias, Ruiz advierte que con esta situación todo el sector agrícola se la está jugando ya que «cualquier acopio y vertido incontrolado de residuos vegetales supone una pasarela para la aparición de la 'tuta' y para cualquier plaga». Una situación desalentadora «después del trabajo que está costando mantener a raya este problema». Ruiz recuerda que la basura amontonada a pie e invernadero es «una bomba de relojería» que amenaza con desatar en cualquier momento un problema sanitario en el campo. En este sentido tanto agricultores como empresarios apelan a la Administración -en este caso Diputación, como responsable de la planta- para que de alternativas ante una situación que clava la puntilla a los productores de la Costa.
Los más afectados son precisamente los productores de cultivos intensivos como tomate y pepino, a la postre los productos que más han sufrido este año los estragos del tiempo y de los precios.
Previsión
Pero además, el cierre de la planta de residuos ha llegado en el peor momento, ya que la producción de residuos vegetales es ahora máxima en todos los municipios de la Costa. Los agricultores se encuentran inmersos en las labores de limpieza de sus invernaderos y el arranque de sus cultivos por el cambio de cosecha, antes de meterse en la plantación estival.
Y precisamente ahora que hay más basura, la zona se queda sin planta de tratamiento de residuos agrícolas ni alternativas ya que Diputación ha cerrado provisionalmente la instalación por problemas técnicos esgrimiendo que las lluvias han elevado el nivel de las balsas de lixiviados y existía riesgo de vertidos.
La organización agraria Coag ha criticado con dureza que antes de proceder al cierre de la planta no se hayan buscado alternativas para garantizar una correcta gestión de los residuos y no dejar tirados a los agricultores. «El funcionamiento de la planta debe estar garantizado durante todo el año y antes de proceder al cierre se deberían haber buscado alternativas», denuncia el secretario provincial de Coag, Miguel Monferrer Montoro. Además, Coag es muy crítica con las Administraciones que aún no han garantizado en la Costa las redes de plantas de tratamiento y transferencia para eliminar los residuos agrícolas.
Entre las empresas comercializadoras también cunde el desánimo ante el cierre de la planta de la Diputación y la privatización que se concretará esta misma semana, según advirtió el Ayuntamiento de Motril. Los concejales de Agricultura y Medio Ambiente, Francisco Villoslada y Antonio Escámez han ido más allá y han vinculado el cierre de la instalación con la intención de beneficiar a la futura concesionaria y «hacer caja a costa» de los agricultores. Y es que la gestión de los residuos orgánicos supone un importante problema y un alto coste económico tanto para los agricultores como para las empresas comercializadoras. «Una subida en el precio del servicio de la planta supondría una nueva lacra para la competitividad de nuestro sector», subraya el administrador general del grupo 'La Caña', Jesús García Puertas. Competitividad, por cierto, muy castigada en los últimos años debido a diversos factores como el incremento del precio de carburantes, abonos, plásticos, etc. De ahí que Puertas pida apoyo a las Administraciones «y que no sólo miren la rentabilidad».
Los invernaderos de Motril dan la alarma

Residuos agrícolas acumulados ante los invernaderos. :: MARÍA ZAFRA

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