sábado, 24 de julio de 2010

Rules tira el agua que ansían 9.000 agricultores de la Costa ideal.es

Por culpa de la falta de conducciones los regantes tienen que gastarse dos millones de euros en luz al año para llevar el agua a las zonas altas

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Rules tira el agua que ansían 9.000 agricultores de la Costa

La presa está desagüando 7.000 litros por segundo, tras el aumento de nivel por el deshielo de la sierra. ::SALVADOR RODRÍGUEZ


La gigantesca presa de Rules volvió a soltar agua ayer. La imagen del caudal saltando en cascada al río, que pudieron contemplar todos los conductores que circulaban por la A-44, es un revulsivo que estos días les da a los agricultores de la Costa un motivo más para echarse a la calle el próximo martes día 27 y secundar la manifestación convocada por los colectivos empresariales para exigir las infraestructuras pendientes de la Costa, entre ellas las anheladas conducciones que llevarán el agua embalsada en Rules y Béznar hasta los pueblos. Dentro de los protocolos habituales de seguridad, que se enmarcan en su plan de llenado, la presa de Rules -terminada desde 2003 e inutilizada por la falta de tuberías- volvió ayer a aliviar así el agua excedente que ha recibido por los últimos deshielos de la sierra. ¿Pero qué siente un agricultor de la Costa al ver cómo se arroja al río el agua que ellos tanto necesitan? ¿Ganas de llorar, una impotencia como para morderse las uñas? La pregunta la contesta el presidente de la Comunidad de Regantes del Bajo Guadalfeo, José Rodríguez. «Se nos caen lágrimas como puños. No sólo por lo que están soltando ahora, sino de pensar en los miles de hectómetros que se han tirado ya mientras nosotros pasamos penurias. Es muy duro ver cómo se arrojan 7.000 litros por segundo al río mientras los agricultores de Almuñécar o Albuñol tienen que pagar dos millones de euros al año en electricidad para poder llevar el agua a las cotas altas».
Según informó ayer la consejería de Medio Ambiente de la Junta, la presa de Rules se encuentra en la penúltima fase de su plan de llenado y el agua tiene que mantenerse a la altura de la cota 240, a falta de tres metros para llegar al nivel máximo del embalse. El embalse se ha ido llenando progresivamente y cada vez que se aumenta el nivel se realizan estudios para comprobar que todo marcha bien. Estos días el deshielo de la sierra ha provocado que la presa acumule más agua de la que debe tener en esta fase, por lo que los ingenieros han decidido abrir los desagües del fondo para evacuar la cantidad extra. El salto de agua que caía ayer por los aliviaderos de la presa tiene un caudal de 7.000 mil litros por segundo, según precisaron desde la Junta que espera concluir, el próximo mes de octubre, el plan de llenado. «Entonces se tendrá que volver a aliviar la capacidad en previsión de las tormentas de otoño», explican.
No se desperdicia
Desde la Junta quieren destacar que el agua que arroja la presa no se desperdicia sino que se incorpora a la regulación general del cauce del río Guadalfeo y que, por lo tanto, servirá para regar la vega y también la podrán aprovechar los agricultores.
Claro que no como ellos quisieran, ya que no podrá llevarse a las zonas más secas y que más la necesitan. Los agricultores que tienen sus plantaciones en las cotas más elevadas, unos 3.000 del total de 9.000 que tiene la Comunidad de Regantes del Bajo Guadalfeo, lo están pasando auténticamente mal, según explica el presidente José Rodríguez.
Los costes de electricidad que supone tener que elevar el agua para que llegue a las plantaciones de subtropicales de Almuñécar o a los invernaderos de las zonas altas de Castell y Albuñol son ya inasumibles para muchas familias. «Se están dando situaciones asfixiantes, tenemos agricultores a los que les han cortado el suministro por no poder pagar», lamenta el presidente de los regantes.
En total son unas cinco mil hectáreas de plantaciones de subtropicales y de instalaciones bajo plástico las que tienen que elevar el agua a unos 300 metros de altura. Regar en esas cotas les supone a los agricultores unos cincuenta céntimos por metro cúbico, lo que dispara sus costes de producción.
La Comunidad de Regantes del Bajo Guadalfeo tiene perfectamente hechos los cálculos: cada año que pasa sin las conducciones prometidas les cuesta dos millones de euros. Los que han pagado este año en facturas para elevar el agua.
Además, Rodríguez recuerda que otras cinco mil hectáreas, que ahora son secanales, se podrían convertir en cultivos si el agua de Rules llegara a cotas, como la 400 en Almuñécar, que ahora no se riegan. «En la Costa de Granada somos los castigados y ya está bien ¿Cómo vamos a ser así competitivos? Estoy pidiendo a todos los regantes que se sumen a la marcha porque no se puede estar tanto tiempo callado. No somos una agricultura de subvención, el campo de la Costa da trabajo y riqueza, pero no podemos sin las infraestructuras».

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