miércoles, 4 de mayo de 2011

Agricultores de Motril pide la ampliación de la zona cultivable ideal.es

Los agricultores motrileños y de otros puntos de la Costa quieren expandir los riegos por encima de la cota 200


Agricultores de Motril pide la ampliación de la zona cultivableUn camino separa la zona cultivable de Motril de la 'vetada' donde los agricultores quieren expandir los regadíos :: JAVIER MARTÍN

Si por un lado el sector agrícola de toda la Costa Tropical tiene claro que Rules es el principal aval que garantiza el desarrollo del próximo siglo, por otro las perspectivas de crecimiento y ampliación de las zonas regables en varias áreas, principalmente en el término municipal de Motril, siguen estando en el aire y ello pese a que la sensación general es que una vez concluidas las canalizaciones llegará el 'maná'.
En el horizonte agrario hay una cosa clara: la necesidad imperiosa de ganar zonas de cultivo en la cornisa montañosa que circunda buena parte del litoral, expandiendo los riegos por grandes superficies que saltarían de la cota 200 hacia arriba y que están llamadas a ser el reservorio agrícola del litoral, toda vez que vegas y zonas bajas sufrirán una inevitable transformación económica. Agricultores y empresarios tienen claro que los árboles y cultivos intensivos han de superar ese límite de cota pero, inexplicablemente, nadie hizo tal previsión cuando se aprobó la ordenanza de invernaderos (hace casi una década) y el PGOU motrileño plantea importantes limitaciones a esa expansión.
Los regantes lo tienen muy claro: «hay una franja muy importante desde la cota 200 a la 400 y no solo en Motril, sino en Molvízar, Salobreña, Albuñol, etc. y hay que considerar esto como algo crucial», asegura el presidente de la comunidad de regantes de la Cuenca Baja del Guadalfeo, José Rodríguez, quien ubica el problema en las limitaciones a taludes y pendientes que, en el caso de Motril, impone el PGOU y que deja en jaque cualquier posibilidad de ampliación a cotas superiores, «pero la administración nos tiene que escuchar, pues todo lo que nos rodean son montes y no hay más sitio donde cultivar».
Un marco normativo que, según los regantes, es «restrictivo» para la agricultura y algo incomprensible para el sector empresarial, que no entiende cómo la principal fuente económica de la zona sigue amordazada desde la propia administración. «Las explotaciones hortofrutícolas, fundamentalmente los subtropicales se tendrían que extender hasta la cota 400. En los últimos años Málaga ha aprovechado muy bien la situación y ha multiplicado las hectáreas de este tipo de cultivo, fundamentalmente aguacates y mangos», comenta el vice-presidente de Aecost, Jesús García Puertas, para quien el no poner en funcionamiento estas hectáreas supone una perdida incalculable de puestos de trabajo, tanto en el campo como en los almacenes de manipulado. «Teniendo una presa como la de Rules, y echando la cantidad de agua que echamos al mar todos los años esta situación clama al cielo», dice García.
Pero hay más, los empresarios no vacilan en señalar que por parte de las administraciones la situación es muy negra. «La Junta no se da cuenta de la importancia de poner en cultivo estas hectáreas, y simplemente ha presentado la posibilidad de mejorar el riego actual, pero no ha planteado la posibilidad de subir el agua a cotas mas altas», afirma el vicepresidente de Aecost.
Desde el lado de la administración, ésta defiende su posición pero al mismo tiempo no da nada por cerrado. Así, el concejal de Urbanismo del ayuntamiento de Motril, José Luis Chica asegura estar al tanto de la preocupación del sector agrícola por las limitaciones de PGOU para la construcción de invernaderos. Estos sólo se permiten en zonas denominadas por el mismo como SNU-PA-AI, (suelo no urbanizable protección agrícola agricultura intensiva), que corresponden con los entornos de Puntalón y Carchuna; en el resto del suelo rústico no se permiten y si bien existen numerosos invernaderos, estos están en una situación precaria, técnicamente estarían fuera de ordenación.
Por otra parte hay interés por hacer nuevos invernaderos en esas zonas donde actualmente no se permite. Chica insiste en que la administración local es consciente del embudo que va a provocar la situación, de no variar, «de hecho, el alcalde ha encargado que se estudie por parte del área de Urbanismo la modificación del PGOU, de forma que se permita legalmente la construcción de invernaderos en aquellas parcelas aptas para ese uso, situadas en otras categorías de suelo no urbanizable», un anuncio que no pilla de sorpresa al sector pues, como afirma el presidente de la cooperativa Granada-La Palma, Pedro Ruiz, «parece que hay predisposición para sentar un marco de desarrollo». En efecto, según Ruiz, las administraciones y entes privados deben sentarse ya para resolver este entuerto ya que no puede entenderse que el futuro de la zona se haya autolimitado de una manera inexplicable. «Si no abrimos la agricultura a cotas más altas nos quedamos sin potencial futuro». Es más, el presidente de La Palma advierte que nadie está planteando un crecimiento a lo loco, sino una expansión ordenada, consensuada y sostenible «pues estamos a tiempo hacer las cosas bien». De hecho, los agricultores de la zona de Motril miran de reojo a municipios colindantes y a los almerienses donde se está cultivando hasta la cota 600 y, curiosamente, la propia presa de Rules se sitúa en la 400.
Modificar el PGOU
La modificación del PGOU, que permita todo esto, deberá iniciarse con una aprobación inicial por parte del Ayuntamiento. «Hay que tener en cuenta que la aprobación definitiva requiere Informe de la Comisión Provincial de Urbanismo de la Junta de Andalucía», indica el concejal de Urbanismo, además de otros informes sectoriales también dependientes de la propia Junta.
Pero, según el edil motrileño, la agricultura intensiva bajo plástico, es la que actualmente es más rentable para el agricultor y la agricultura tradicional sí tiene cabida en la mayor parte de los suelos no urbanizables (excepto en determinados suelos de especial protección). No obstante, los regantes piensan que el abanico de posibilidades es amplio y estas coquetean con la agricultura subtropical que necesariamente encajará en la expansión de las nuevas cotas. «Los árboles tendrán mucho protagonismo -comenta José Rodríguez- y no habrá problema en zonas donde la tierra no sea buena, pues se harán los aportes necesarios». Es más, Rodríguez es de la opinión de que la ampliación de regadíos por encima de la cota 200 tendrá un beneficio medioambiental alto «primero por el hecho de aumentar la masa verde y segundo porque transformamos agua en frutas y hortalizas, no la estamos tirando».
Sin embargo, no todo estaría ganado con la decisión del sector, por un lado, y el paso al frente de la administración, por otro. «El gran reto es mejorar la formación y profesionalización del agricultor en las técnicas culturales de la fruticultura moderna para que sea medianamente competitiva de cara al futuro», subraya el responsable del gabinete técnico de Caja Rural y director de la finca 'La Nacla' de Motril, Ignacio Escobar, para quien nadie en la zona puede permitirse el lujo de quedar anclado en el pasado «mientras la provincia de Málaga nos ha dado un buen ejemplo de cómo superarse, aumentando hasta 3.000 hectáreas la superficie de mango en los últimos 5 años y optimizando la producción de Aguacate hasta 5-6 Tm/ha de media». En la costa de Granada, según Escobar, los rendimientos son bastante mas bajos -por debajo de 4 Tm/ha-. «No nos podemos permitir el uso agrícola a tiempo parcial o la falta de renovación de conocimientos técnicos cuando resultaría una buena salida laboral para la gente joven que tienen terrenos de la familia o se pueden adquirir a precios asequibles y hoy no tienen ocupación».

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