sábado, 31 de agosto de 2013

Las obras de desagüe de la A-7 ponen en riesgo los cultivos de Molvízar granadahoy.com

Propietarios de fincas denuncian que se ha taponado la vía natural de drenaje y temen que sus propiedades se aneguen
ROSA FERNÁNDEZ MOTRIL | 
A la izquierda, acequia llena de sedimentos junto a una de las fincas en la rambla de Molvízar.
Jamás llueve a gusto de todos y nunca mejor dicho. Mientras que la alegría embarga a la mayor parte de la población costera cuando ven que la A-7 avanza, algunos vecinos tienen que pagar un alto precio en forma de molestias por la construcción de la Autovía del Mediterráneo a su paso por la Costa de Granada. 

Éste es el caso de una decena de vecinos que poseen fincas y cortijos en la rambla de Molvízar, entre las cotas 100 y 200, en concreto, en el pago de Matagallanes (Salobreña). Tras la llegada de las máquinas al lugar, la fisonomía del terreno ha cambiado completamente. Algunas casas que fueron expropiadas, tierras, albercas y pinos han quedado sepultados en toneladas de tierra, se han abierto caminos, se han cerrado otros, incluso ha cambiado el comportamiento del viento, ya que con los nuevos obstáculos se forman remolinos… Pero lo que más les preocupa, ahora que las lluvias han llegado, es que las fincas terminen aterradas. 

"El año pasado, como consecuencia de las obras de la A-7 que, partiendo del barranco del Capón y en dirección oeste, han levantado una especie de collado artificial que, aparte del impacto paisajístico, ha anulado las vertientes naturales: han encauzado las aguas de la vertiente norte, que debe desaguar in situ, para que desagüe, mediante una conducción bajo la autovía, en la vertiente opuesta, la sur", expone José Ramón Prados, uno de los afectados. 

Estas obras "han borrado los desagües, arroyos y torrentes originales, y han concentrado toda la pluviosidad y escorrentías que recibe el paraje en un único punto", añade. "Esto provoca que el caudal de este desagüe, sin agua durante la mayor parte del año, salvo en el caso de lluvias torrenciales que crece un poco, y siempre encauzado, haya aumentado cuando llueve de forma desorbitada, causando desbordamientos que han ocasionado serios daños en las infraestructuras de desagüe, en las fincas y en los cultivos que, en algunos casos, han quedado aterrados por la arena de la autovía que ha arrastrado el agua de lluvia", explica este vecino. 

"Los vecinos tememos que cuando llueva fuerte, lo destroce todo", señala José Ramón. "En el invierno se enterró de arena una parte de la finca", en concreto unos seis marjales. Este vecino tuvo que emplear medios propios para sacar la arena de allí. 

Por todo ello ha presentado dos solicitudes -en abril y en junio- al Ministerio de Fomento pidiendo "una actuación urgente que devuelva a su estado original las vertientes naturales, que se suprima la conducción bajo la autovía que vierte el agua de lluvia de la vertiente norte en la sur y colaboración para reparar los daños causados y mantener los cauces y desagües expeditos". Sin embargo, no ha recibido ninguna contestación por escrito. "De forma verbal, me dicen que las cosas se quedan así", asegura este propietario. Si no les hacen caso los vecinos están de acuerdo en acudir a la Fiscalía de Medio Ambiente e incluso a los tribunales, si es necesario. 

También en el tramo Polopos-Albuñol, tras años de casi total inactividad, ahora llega el momento de verle inconvenientes a la reanudación de los trabajos en la A-7. Ecologistas en Acción advierte del peligro que supone el almacenamiento de materiales, como estas grandes vigas, en la rambla de Albuñol. "En caso de tormenta se puede formar un tapón y un desbordamiento muy peligroso para las personas", alerta Javier Egea, que está al frente de la agrupación granadina. 

Y es que en la rambla de Albuñol, muy cerca de su desembocadura y a escasos metros de La Rábita, "el Ministerio de Fomento o los responsables de las obras en la A-7, han decidido almacenar en pleno cauce los gigantescos elementos hormigonados de los puentes". Los ecologistas creen que "estas construcciones enormes pueden suponer un obstáculo para las aguas en caso de una tormenta copiosa". Y añaden que "estos obstáculos pueden desencadenar un desbordamiento con peligro cierto para las personas y haciendas colindantes".


La organización ha denunciado esta situación ante los responsables de la Cuenca Mediterránea Andaluza para que, según la legislación vigente en materia de aguas y protección ciudadana, ordene despejar inmediatamente los cauces y exija las responsabilidades pertinentes a los autores de "tan magnífica idea". 

En la zona existe inquietud porque a principios de los 70 se produjo "una nube". Por ello, Ecologistas en Acción piensan que "no se merecen los habitantes de La Rábita que por negligencias de las administraciones se ponga en juego la vida de muchos inocentes". 

Según ha podido saber este periódico, la ocupación de estas vigas era temporal, ya que estaba previsto que se tuvieran todas colocadas el día 15 de septiembre, aunque de momento este plazo no es posible, ya que no se ha montado ninguna. También los habitantes de esta zona de la Costa reconocen que la coincidencia del transporte de estas grandes vigas en verano ha hecho que tengan que soportar atascos.

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