domingo, 24 de noviembre de 2013

África, una cultura eclipsada granadahoy.com

Cuatro jóvenes españoles, entre ellos el andaluz Sebastián Ruiz, crean la plataforma Wiriko, un magacín en español sobre las artes en el sur del Sahara
CRISTINA DÍAZ
1. El joven Sebastián Ruiz y su compañera Gemma Solés i Coll en Nairobi. 2. La página principal de la web Wiriko ('www.wiriko.org'). 3. La exposición 'Mandela´s Posters Proyect', comisariada por Wiriko, durante su estancia en Barcelona.
Hace 38 años que España abandonó el Sahara Occidental y 45 que Guinea Ecuatorial dejó de ser colonia española. Estos datos dejan ver que la historia de España ha estado vinculada a la del continente africano hasta hace relativamente poco tiempo. Sin embargo, "pocos son los estudios en nuestro país que se centran en la tradición y cultura africana en comparación con países como Francia o Inglaterra, que cuentan con universidades especializadas y de reconocimiento internacional y que apuestan por financiar investigaciones sobre el terrero". Son palabras de Sebastián Ruiz, un joven de 27 años que, desde hace casi un mes, vive en Nairobi (Kenia), inmerso en el desarrollo de Wiriko (www.wiriko.org), una plataforma digital dedicada a las artes y culturas africanas contemporáneas al sur del Sahara. "Se trata del primer proyecto que surge de estas características en lengua española". 

Wiriko, cuyo principal proyecto es un magacín cultural, nació hace un año de la mano de cuatro personas especializadas en el desarrollo y la comunicación en África: la filósofa y crítica musical gironesa Gemma Solés, la socióloga mallorquina Vanessa Anaya, el periodista pamplonés Carlos Bajo y el propio Sebastián Ruiz, licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla e inmerso en una tesis doctoral sobre los medios de comunicación en África. "A través de Wiriko queremos sustituir esa imagen deformada que se tiene de este continente basada en las guerras, sequías, hambrunas y enfermedades; y construir otra en base al conocimiento, la riqueza cultural del continente y su diversidad", señala Sebastián Ruiz, antiguo alumno de los Salesianos. 

Wiriko es una palabra de raíz bantú, ligada hoy a los descendientes africocubanos, que significa "estar" o "tener los ojos abiertos", toda una "declaración de intenciones" para sus fundadores, "además de un vínculo entre las culturas latinas y africanas". 

El proyecto -que nació "ante la poca información" que sus fundadores encontraron en español referente a las artes y culturas africanas- se divide en seis grandes secciones: Música y Artes Escénicas (teatro, danza), Artes Visuales (fotografía, arquitectura, pintura y moda), Cine y Audiovisuales, Letras Africanas, Artivismo (arte más activismo) y Diásporas (manifestaciones artísticas de africanos que viven fuera del continente). "Las artes africanas están en constante relación con el mundo. Conservan características locales y adaptan tecnología o técnicas típicas de otros puntos del planeta. La rapidez en que se absorben, por ejemplo las modas foráneas, y la creatividad con la que se adaptan a modas locales, quizás sea uno de los rasgos más fascinantes cuando uno se adentra en los diferentes panoramas artísticos del sur del Sahara", reconoce el joven. 

Además del magacín, los cuatro jóvenes emprendedores han puesto en marcha recientemente otras líneas de actuación: "En el plano académico, intentamos impulsar el conocimiento y la formación en artes y culturas africanas, por ello, participamos en posgrados, máster, congresos y seminarios. A nivel de organización de eventos, prestamos apoyo en la producción de espectáculos. Y también organizamos exposiciones y damos cobertura en el plano audiovisual. Para este 2014 habrá gratas sorpresas. Estamos cerrando algunas alianzas internacionales y académicas que creemos que nos ayudarán a que esta otra África esté más presente en nuestra sociedad", adelanta Sebastián Ruiz. 

Wiriko potencia, de este modo, y da visibilidad al trabajo de grandes profesionales como el keniano Binyavanga Wainaina, ganador del Caine Prize de escritura africana en el 2002; el nigeriano Wole Soyinka (Nobel de Literatura en 1986); el sudafricano J.M. Coetzee (Nobel de Literatura en 2003); el cineasta keniano David Tosh Gitonga, director Nairobi half life,nominada en 2012 a los premios Oscar como mejor película extranjera; el fotógrafo senegalés Omar Víctor Diop; o la actriz y cantante Fatoumata Diawara, natural de Costa de Marfil. Estos son ejemplos de una larga lista de artistas y creadores que luchan por eclipsar, pero sin olvidar, esa imagen de miseria que domina en la mente colectiva internacional sobre el continente vecino.

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