martes, 18 de febrero de 2014

"Los políticos también quieren ser estrellas del rock granadahoy.com

El cantante catalán grabará el sábado en el Palacio de los Deportes su próximo disco en directo, que repasa su trayectoria de los últimos años con el título 'De vez en cuando y para siempre'.
G. CAPPA GRANADA 
Loquillo prepara su concierto del sábado.
Loquillo, 35 años sobre los escenarios.
José María Sanz, más conocido como Loquillo, dibuja un panorama desolador de su profesión: "Ser cantante es una profesión de alto riesgo entre la piratería, el 21% de IVA y la situación de la SGAE", afirma. Por si fuera poco, su equipo de baloncesto, los Boston Celtics, naufraga en la NBA. Sin embargo, desafía a la crisis de la música y ya ha vendido más de 6.000 entradas para su concierto del sábado en el Palacio de los Deportes de Granada. Respecto a la crisis del equipo del Garden, "todo es cíclico y acabaremos fichando a LeBron James". Después de 35 años de carrera, Loquillo sabe que lo importante no es estar arriba o abajo, es resistir. 

-¿Por qué eligió Granada para grabar su disco en directo? 

-Muy sencillo, durante 35 años de carrera he venido unas cuantas veces, algo lógico en cualquier español, pero la última vez que estuvimos, en uno de esos momentos de excitación del público, me dijeron que tenía que venir a grabar un disco en directo, tan sencillo como esto. Además, todos mis directos se han grabado en ciudades diferentes, Madrid, Barcelona, Bilbao... Andalucía se merecía uno y, cuando sea un poco mayor, me gustará recordar que uno de los directos de mi carrera lo he grabado en Granada. 

-Habla de cuando sea un poco más mayor, pero igual que en el caso de Miguel Ríos, hay que mirar la fecha en la que se tomaron las fotos en las que aparece porque podrían ser de ayer o de hace 20 años... ¿Beben lo mismo? 

-Yo tengo 53 años ahora, la diferencia respecto a Miguel es que mi generación ha conseguido algo que a su generación casi se le negó, el hecho de poder madurar haciendo rock. Miguel, igual que Rosendo, pertenece a la generación de los pioneros del rock en este país y lo han pasado muy mal, cuando eran jóvenes la puerta a los rockeros estaba cerrada para que pudieran seguir evolucionando. En España, el rock era considerado música para jóvenes y ahora es la música de raíz popular más importante del país. Desde los cantautores a los políticos, todos quieren de alguna manera ser estrellas del rock, eso es algo que ha ocurrido en muy poco tiempo, porque sólo a partir de 1978 los grupos de rock pudieron empezar a cantar canciones sin censura. Miguel Ríos vivió una época muy difícil, ahora se le está poniendo en el sito que merece, pero recuerdo décadas en las que se le despreció por todos los lados. Esto se ha normalizado, aunque todavía existen situaciones que se deben cambiar, por ejemplo que se reúnan dos grupos de comienzos de los ochenta y se le llame festival de la nostalgia. Cuando salen Serrat y Sabina nadie dice 'los cantautores de los sesenta se reúnen'. Las bandas de rock que tienen una trayectoria no hacen revivals, mantienen su pulso y su actualidad. 

-En el caso que cita de Sabina y Serrat es casi peor, porque siempre les preguntan por la salud y por cuándo se van a retirar... 

-Me encuentro que comparto cartel con M-Clan y hay gente que habla de que es un festival para nostálgicos, lo que me deja alucinado porque somos grupos de plena actualidad, que graban discos cada año. Es una mentalidad que hay que cambiar porque, no lo olvidemos, la normalización del rock en España no tiene más de 30 años. 

-Respecto al movimiento indie que llegó después, ¿es rock con sifón? 

-El indie empezó en los noventa y los primeros artistas que surgieron han pasado los cuarenta. Cuidadito, porque el indie suele ser una propuesta novedosa y pertenece al ámbito de grupos muy jóvenes, pero una persona, cuando tiene una edad, tiene su sello y habrá evolucionado desde que empezó. Es una etiqueta que he visto a grupos de pop electrónico y a grupos de rock duro. No existe una etiqueta de música independiente, si escuchas esto hay que salir corriendo, porque el independiente tienes que ser tú. Yo he hecho siempre lo que me ha dado la gana, comencé grabando en sellos independientes, después pasé a multinacionales y volví al ámbito independiente, he pagado dinero para no seguir en una compañía, he sido empresario en muchas ocasiones y la independencia es hacer lo que uno cree en cada momento, nunca puede ser un sello de revistas o de críticos. 

-Sin embargo, después de tantos años de carrera y tantos kilómetros, ¿le sorprendió el repunte de popularidad cuando puso la banda sonora a la serie 'Crematorio'? 

-Me sorprendió porque cada uno entiende las letras como quiere, uno escribe una cosa basándose en una experiencia personal determinada y resulta que esa canción acaba convirtiéndose en la cabecera de una serie. He hecho trabajos específicos para bandas sonoras de películas, pero en este caso vinieron a por esta canción en concreto y esas cosas siempre ayudan, ojalá vinieron más. Los que no recibimos subvenciones del Ministerio de Cultura, a dedo, agradecemos que de vez en cuando te llegue una alegría como esta, porque te ayuda a financiarte. 

-Pasada la fiebre de 'Operación triunfo', los cantantes que ahora están de moda son los que han participado como profesores en el programa de 'La Voz'. De hecho, aparte de usted, los únicos artistas que este año van a actuar en el Palacio de Deportes, con capacidad para más de 8.000 personas, son Malú, Melendi y Manuel Orozco. 

-Uno tiene que saber qué público quiere. Yo siempre he buscado a mi público, el público no me ha elegido a mí. En España hay públicos muy determinados, y entre ellos está el de los cantantes melódicos, al que respeto mucho. En otros países hay programas abiertos a todo tipo de músicas, donde pueden ir desde un grupo indie a otro de música folclórica. Piense que un grupo como Mecano nació de un programa de televisión, Gente joven. No pasa nada, el problema es cuando se canaliza el pensamiento único. ¿Qué hay un público de esta música? Estupendo, pero no es el mío. 

-Pero el mismo Melendi ha tenido que pasar por un programa de este tipo para relanzar su carrera... 

-Cuando uno se mete en un programa de ese calibre sabes a qué te expones, no somos tontos, y en caso contrario, haber estudiado. Si me ofrecen mañana un programa de índole cultural, donde tuvieran cabida los personajes en los que creo, aceptaría sin dudar. Pero lo que se busca es rebajar cada vez más el nivel cultural de los ciudadanos y ciudadanas españoles, así que dudo que me pase esto. 

-Con todo, sigue habiendo oasis de la música como el programa de Javier Limón en Canal + ... 

-Claro, pero yo hablo de las televisiones públicas, las que pagamos todos. Yo pago unos impuestos y se deben cuidar todos los ámbitos de la cultura. Dentro de poco no vamos a tener claro ni de dónde viene nuestro folklore, lo que me parece una bestialidad. 

-Viene a Granada con Leyva y con Ariel Rot, con los que estuvo de gira el pasado año con 'Uno de los nuestros'. ¿Son los músicos que en la actualidad siente más cercanos? 

-Hay una cosa que no soporto, y es tener cincuenta invitados para un disco en directo, nunca me compraría un disco con cuarenta invitados, porque a quien quiero escuchar es al artista, no a sus amigos. Los únicos invitados son Leyva y Ariel y la razón es que estuvieron en la gira, con lo que han estado presentes en mi vida musical de los últimos años. Yo grabo un disco en directo cada nueve años, y este es el primer disco en directo de rock desde mi marcha de Los Trogloditas. El anterior disco que grabé de rock fue en 2005, y el más cercano fue el que recogía toda mi trayectoria de poesía contemporánea, que grabé en Madrid hace dos años, pero este resumía mi trabajo al margen del rock and roll, lo que yo llamo mi espacio privado, una chapa mía. Sé que es minoritario, pero me sirve para airearme y para aprender, algo que seguiré haciendo. No es lo mismo un teatro que un escenario de rock, ir a un teatro a hacer un repertorio de rock and roll es como echarle Coca-Cola a un güisqui de malta. Para el concierto de Granada ya hemos conseguido vender más de 6.000 entradas, así que tenemos que ir al Palacio de Deportes porque no tengo otro sitio en el que meter a la gente. Pero el teatro está para hacer teatro y, si vas a hacer música, unos estilos que necesitan un ritual. No soporto los artistas que van a grabar a un teatro y no han visto en su vida una obra de teatro. En mi caso, el personaje que canta los poemas de Luis Alberto de Cuenca no tiene nada que ver con el hombre de negro que canta rock. Los dos forman parte de la misma persona, que es Loquillo, pero son dos rituales diferentes. 

-En los últimos tiempos se ha formado una especie de camarilla entre Bunbury, Calamaro y Jaime Urrutia, participando en multitud de videoclips y canciones. ¿Cómo surgió esta amistad tan estrecha? 

-Eso fue hace años y la actualidad es la grabación de este disco. 

-Javier Krahe decía que la de cantante es la mejor profesión del mundo porque el público aplaude cada cinco minutos. En el caso del teatro, aplauden después de hora y media y sólo si les ha gustado... ¿Es la profesión más agradecida? 

-No sé, en España, ahora mismo, ser cantante es una profesión de alto riesgo, porque entre la piratería, el 21% de IVA y la situación de la SGAE... No tenemos ninguna defensa, sólo nos queda el aplauso del público, pero es difícil que la gente pague una entrada con los tiempos que corren. Un triunfo es que en Granada estén el próximo sábado 6.000 personas, tal y como está el patio. 

-Su concierto será un repaso por el Loquillo de los últimos 9 años. Otros artistas no se pueden permitir dar un concierto sin incluir canciones que sacaron hace 30 años. 

-No es un concierto de nostalgia del Loquillo de los ochenta y los noventa, cada década tuvo su disco en directo. Esta es la estructura del concierto, nada más lamentable que artistas que repiten las mismas canciones en todos sus discos en directo. 

-Con el panorama que dibuja, ¿tiene todavía más razones para seguir vistiendo de negro?

-Cualquier artista español que vive en España y no en América tiene que estar comprometido con lo que está ocurriendo, es muy fácil ver las cosas desde el otro lado del charco. Yo y otros muchos compañeros estamos luchando por mantener la dignidad de este oficio. Por otro lado, defendemos al promotor privado que se juega sus duros, igual que los ayuntamiento que apoyan en lo posible la cultura de su ciudad. En nuestro caso, en Granada se nos han dado todas las facilidades, pero los que nos jugamos los cuartos somos nosotros, porque los gastos que genera la grabación de este concierto en directo son acojonantes. Y sólo puedes hacerlo si tienes un público que aprecia lo que haces. 

-Hay artistas que son supervivientes de una época, otros son supervivientes de ellos mismos... ¿Cuál es su caso? 

-De mi generación sólo quedamos Alaska y yo, porque con Santiago Auserón y Rosendo hay una diferencia de edad. No conozco a nadie más que haya tenido una carrera continua, con sus subidas y sus bajadas, pero siempre marcando una tendencia o una manera de hacer las cosas. 

-Antes que cantante estuvo a punto de ser estrella del baloncesto. ¿En sus sueños se sigue imaginando metiendo el tiro decisivo en el último segundo antes que cantando? 

-Sí, es que es cojonudo también que Granada vaya a ser la sede de la Selección Española de Baloncesto para el Mundial. Aparte del concierto me vais a ver por aquí en septiembre, porque no pienso perderme la fase de clasificación. No vamos a dejar que Francia se la lleve. Será la última oportunidad de ver a la segunda generación más grande del baloncesto español, porque para mí la primera siempre será la de Epi, Fernando Martín y Solozábal, que sacaron el baloncesto de las catacumbas. Yo sigo jugando con los veteranos del Barça, el equipo que me quiso por primera vez, pero al final me decidí por el Cotonificio de Badalona.

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