miércoles, 9 de abril de 2014

La movilización ciudadana evita el desahucio de la anciana de Motril granadahoy.com

La comisión judicial no pudo acercarse a la vivienda por la cantidad de gente que estaba "tapando" la calle donde vive Dolores Ruiz
Rosa Fernández motril
 
Más de 150 personas se congregaron para apoyar a Dolores en el número 37 de la calle Santiago.
Con lágrimas en los ojos recibió Dolores Ruiz la comunicación del Juzgado de Instrucción número 3 de Motril, en la que la comisión judicial suspendía la orden de desahucio de la vivienda del número 37 de la calle Santiago hasta el próximo día 25 de abril a las 8 de la mañana. 

También su hija, María del Mar, lloró emocionada y se fundió con su madre en un cariñoso abrazo. Las dos abrieron la verja de la puerta para agradecer el apoyo que durante toda la mañana les habían proporcionado sus vecinos, y entonces se sucedieron los besos y abrazos para celebrar ese pequeño triunfo. 

Pasaban unos minutos de las 12 del mediodía cuando, después de más de tres horas de espera sobre la prevista, uno de los responsables de Stop Desahucios cogió el micrófono y llamó la atención de los congregados para informar de que se había recibido un escrito en el que se paralizaba el desalojo. En este escrito, al que ha tenido acceso Granada Hoy, la comisión judicial reconoce que la imposibilidad de acercarse a la vivienda, "toda vez que hay una cantidad de gente considerable tapando la calle y su circulación". 

En el escrito remitido a Dolores, el subinspector manifiesta que "se trata aproximadamente de 150 personas" y que evaluando la ejecución del mandamiento judicial "comprendería demasiado riesgo para lo que se pretende hacer y podría estar en grave peligro la integridad de la comisión judicial". 

La parte actora de la ejecución (Ferjoma Car SL) no puso ninguna objeción a que se suspendiera ese acto, pero solicitó que se vuelva con la dotación policial suficiente para que se lleve a cabo la ejecución con las debidas garantías. Así, la carta concluye con la suspensión del mandamiento y su inmediato señalamiento para el día 25 de abril, a las 8 de la mañana, haciéndole saber al subinspector que "se deberá dotar de los efectivos suficientes para garantizar la ejecución sin riesgo para las personas".

Por fin, Dolores pudo salir a la calle sin problemas, esbozar una ligera sonrisa y levantar el brazo derecho en señal de victoria. 

Desde primeras horas de la mañana, varias decenas de personas se congregaban en la céntrica calle Santiago. Algunos ólo pudieron estar unos minutos antes de acudir al trabajo, pero ello no fue inconveniente para sumarse a la movilización "Entro ahora a las diez", decía una joven a su compañera. A lo largo de la mañana, unos iban y otros venían. Había muchas caras conocidas de los vecinos de esa zona. 

Una enorme pancarta en la que se leía "Dolores Ruiz Molina desahuciada por su ex marido y sus hijos de su casa, herencia de sus padres", presidió la congregación, en la que los miembros del colectivo Stop Desahucios, además de entonar los habituales lemas, añadieron algunos para la ocasión como "No son hijos, son inhumanos" o "Loli no estás sola, Motril está contigo". 

Unas horas antes, Dolores ya alaba a sus convecinos: "Es ejemplar lo que está ocurriendo en la calle", comentaba confiada en que se pudiera parar el desahucio. "Mi abuelo compró esta casa a un cura, en el siglo XIX, por lo que tiene mucho sentimiento para mí". 

La mujer de 73 años, de cuya historia se hicieron eco incluso cadenas nacionales, pidió a sus hijos que se les ablandara el corazón y recordó que "hay medios para hablar y para solicitar las cosas de alguna forma para que no me ocurra a mí esto, que vengo de otro desahucio por los problemas de mi ex esposo". 

María del Mar, por su parte, comentó que la sentencia que dicta el desalojo es "muy injusta", "porque hay una verdad documentada", y pidió que les dejen demostrar que "se firmó sin su consentimiento, ya que esta casa se compró para que ella habitara en ella, porque se quedó sin hogar". 

María del Mar y su tío Emiliano pudieron hablar con su padre, para entre todos buscar una solución. "Tiene arreglo", dijo éste último, en un alarde de buenas intenciones. 

Tras la paralización de este primer intento de desahucio, los congregados marcharon a la empresa del ex marido, Enrique Pérez, para realizar allí una nueva protesta y se citaron al día 25 para acudir de nuevo a la calle Santiago.

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