miércoles, 5 de noviembre de 2014

Los "bichos raros" de la ciencia se hacen héroes granadahoy.com

García Pérez, uno de los 28 líderes científicos del mundo, participa en la búsqueda de vocaciones juveniles
LOLA QUERO GRANADA 
José Luis García Pérez trata de acercar a los jóvenes a la ciencia.
Búsqueda en google: José Luis García Pérez. Resultado: páginas y páginas con enlaces que relatan la vida y obra de un actor español de mediana popularidad. En el apartado de imágenes, más de lo mismo. Hay que tener paciencia y a eso de la septuagésima foto ya aparece el inseparable jersey a rayas de un científico andaluz que forma parte de un grupo de 28 investigadores con mayor proyección mundial. 

Un talento escondido a la sociedad, como la mayoría de los de su gremio. García Pérez lidera hoy uno de los grupos de investigación del Centro Pfeizer-Universidad de Granada-Junta de Andalucía de Genómica e Investigación Oncológica (Genyo), en el Parque Tecnológico de la Salud de Granada. Es una especie de eminencia en el mundo científico, pero de trato fácil y cercano y con apariencia de joven irredento. El candidato idóneo para acercarse a los nuevos estudiantes e inculcarles la vocación investigadora. "Les digo que sean apasionados y siempre tengan curiosidad", explica este doctor en Inmunología Molecular. 

El científico es uno de los escogidos para convertirse en héroe juvenil dentro del programa Café con Ciencia, unas charlas en las que científicos andaluces se sientan a tomar algo y charlar con grupos reducidos de escolares, sobre sus experiencias en el mundo de la investigación. 

El resultado pretendido es algo así como la desacralización de la ciencia y la creciente familiaridad de la población con sus grandes talentos. "Los jóvenes tienen una imagen muy distorsionada de nosotros", cuenta García Pérez, que se suele ver en los ojos de los escolares como un "bicho raro que trabaja con impresionantes máquinas muy caras que lo hacen todo, al estilo de CSI". Él está acostumbrado a tratar con los jóvenes, a quienes recibe habitualmente en su laboratorio, y pide que pierdan ese enorme respeto a los investigadores, entrando "sin miedo" en la ciencia. 

Este licenciado en Farmacia por la Universidad de Granada tuvo que salir de España para formarse como investigador. Durante cinco años estuvo en Estados Unidos y no tenía previsto volver hasta que llegó a Granada como jefe de grupo en el Banco Andaluz de Células Madre de Granada. Actualmente desarrolla investigaciones genéticas que podrían ayudar a tratar o curar el cáncer o las llamadas enfermedades raras, entre otras. Es decir, lo que debería ser una gran esperanza para la mejora de la vida de las personas y para la prosperidad económica del país. 

Pero García Pérez está decepcionado e incluso indignado por el "desmantelamiento de la ciencia" que se está produciendo en España, por la falta de apoyo, sobre todo económico, que padecen los científicos e investigadores. Denuncia sobre todo la incongruencia que se produce en el sistema, que forma a "unos doctores muy buenos", que se convierten en "mano de obra a exportar". El científico andaluz se pregunta que "¿por qué invertimos en eso?" si luego se les empuja a marcharse. Incluso, asegura que los estudiantes que tienen más inquietudes "se van de España desde la licenciatura y ya no vuelven". 

García Pérez sí tiene su futuro inmediato garantizado, pues ha obtenido fondos del Howard Hughes Medical Institut, que lo incluyó en un grupo privilegiado de 28 personas de todo el mundo que tienen potencial suficiente para convertirse en líderes científicos. 

"En Estados Unidos identifican a la gente buena, les dan dinero y no hacen preguntas durante mucho tiempo para que puedas investigar sin límites", explica este científico, que contrapone el método al sistema español, donde prácticamente "hay que ser adivino para conocer el resultado futuro de tu investigación" como garantía de obtener fondos. 

García Pérez considera muy probable que tenga que volver a marcharse de España porque "aquí cada día es más difícil trabajar". Aunque él ahora no tiene dificultades económicas dice: "Yo solo no puedo hacerlo todo", en alusión a los miles de investigadores que ni siquiera pueden acceder a pedir ayudas europeas porque primero hace falta una vinculación laboral.

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