domingo, 9 de noviembre de 2014

María Escudero: "Cuando se recortan los derechos de la mujer se bajan los estándares democráticos" granadahoy.com

Ana Belén Palomares: "Erradicar el machismo es un proceso lento; está en el ADN de la sociedad"
YENALIA HUERTAS GRANADA
María Escudero (Sevilla, 1958) y Ana Belén Palomares (Palma de Mallorca, 1981) son las caras del pasado y del presente del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), que celebra este año el XXV aniversario de su creación. Ambas, como primera y última coordinadoras del organismo en la provincia, analizan para Granada Hoy el trabajo realizado para avanzar en igualdad y luchar contra la violencia de género en una sociedad que necesita cambios estructurales. Ha habido importantes logros, pero también piedras en el camino. 

-Han pasado 25 años desde que el IAM comenzó a andar. ¿Cómo han cambiado las cosas? 

-(María Escudero) Se puede resumir en una frase: en que la igualdad entre mujeres y hombres se ha incorporado como un valor social. Ése sería el logro más grande, que habría que pormenorizar. Cuando empezamos nadie creía en al igualdad, era una locura, y ahora nadie la niega, al revés: todo el mundo la ha hecho suya. 

-(Ana Belén Palomares) En estos 25 años, gracias al trabajo realizado, se ha despertado una importante conciencia de género, pero en un sector de la sociedad. Nos queda seguir trabajando, avanzar, y que se impregne la sociedad en su conjunto en esta lucha que a lo único que nos va a llevar es a una mejor calidad de vida para todos. 

-¿Cómo fueron los inicios? 

-(M.E.) Éramos unas cuantas mujeres, pioneras, con gran conciencia de la situación de vulnerabilidad y de discriminación que las mujeres habíamos pasado históricamente, que comenzamos a negociar, a pactar, con nuestros compañeros varones de los partidos políticos a los que pertenecíamos y que tenían responsabilidades públicas. Nuestro objetivo era tejer una red con las propias mujeres, a través de las asociaciones de mujeres y las instituciones. El papel de los Centros Municipales de Información a la Mujer fue fundamental a la hora de tejer esa red, y dentro de la propia Junta de Andalucía empezamos a trabajar con Educación, Salud, Empleo... para hacer programas específicos dirigidos a las mujeres. Empezamos muy lentamente, muy despacio. 

-¿Y cuál es la situación actual? 

-(A.B.P.) Cuando llegué me encontré con un Instituto fuerte. No había lugar de la provincia donde las mujeres no conocieran su labor. Me encontré una red importante de servicios de prevención, de atención y de información; recursos de protección, de acogida para mujeres víctimas de violencia de género, y para sus hijos y sus hijas; e infinidad de programas y de campañas de sensibilización. El reto actual es mantener todo eso en esta época de crisis, cuando lo fácil sería cortar o recortar en políticas de igualdad. 

-¿Ha afectado la crisis al Instituto? ¿Ha habido recortes? 

-(A.B.P.) En los tres años que llevo al frente del IAM en Granada, no ha habido recortes en este organismo. De hecho el presupuesto de 2015 viene con un 0,07% más: tenemos 40,5 millones de euros para desarrollar en políticas de igualdad. Se siguen manteniendo todos los programas y recursos. Todas las mujeres son atendidas haciendo un importante esfuerzo. Las cosas no son fáciles para la Administración Pública, pero menos para la ciudadanía y para las mujeres, que necesitan este servicio más que nunca. La Junta de Andalucía está haciendo una apuesta importantísima. 

-La inversión también habrá ido creciendo paulatinamente... 

-(M.E.) Nosotros crecíamos cada año y el esfuerzo económico también. De todas maneras, y aunque sea importante destacar el presupuesto porque también refleja la voluntad política, lo principal es que el Instituto iba configurando una manera de hacer que ha sido un referente para las políticas públicas de igualdad en el conjunto de España y en el ámbito internacional. 

-Durante todos estos años se ha avanzado en igualdad, pero está costando erradicar el machismo. Uno de cada cuatro jóvenes andaluces piensa que la mujer debe estar en casa. ¿Qué está fallando? 

-(M.E.) Si somos muy estrictas y rigurosas, desde el punto de vista de la Historia, el feminismo tiene 300 años. Hay que retroceder a cuando Olimpe de Gouges le dice a Rousseau "¿Y la ciudadana?". ¿Y cómo acabar con tantos siglos de unos papeles absolutamente repartidos? ¿Cómo acabar con el sexismo que está incorporado en todas las estructuras? Creo que queda mucho y que es la educación la que tiene que transformar eso, pero en un sentido amplio y no en las aulas. Pienso que no falla nada, si no que los cambios sociales son muy lentos. El machismo tiene caras nuevas y se adapta a los cambios sociales, porque es resistente. 

-¿Qué se está haciendo desde el IAM para combatirlo? 

-(A.B.P.) El machismo está en el ADN de nuestra sociedad y erradicarlo es un proceso lento. Podremos conseguir dar pasos importantes si lo abordamos desde la educación. La concienciación y la sensibilización son fundamentales y desde el IAM realizamos campañas para que lleguen a toda la ciudadanía, donde resaltamos el valor y la importancia de la igualdad, entendiendo la desigualdad como el paso previo a la violencia de género. 

-¿Por dónde hay que empezar? ¿En casa? ¿En las aulas? 

-(A.B.P.) Creo que es un trabajo transversal, es decir, puedes trabajar la igualdad en casa, pero si no la continúas trabajando en los centros educativos, si no trabajas con el grupo de iguales y si no estamos pendientes de los contenidos en internet, lo que hacemos por un lado se puede ir por otro. 

-En 2004 llegó la Ley Integral. ¿Qué balance hacen de ella? 

-(M.E.) Recientemente España ha recibido un reconocimiento internacional por tener una de las legislaciones más avanzadas del mundo en materia de violencia de género. La Ley Integral ha sido una ley muy valiente y muy útil porque ha puesto en la cúspide de la agenda pública la violencia de género. Supone un avance importantísimo ante un problema social de primera magnitud. Basta con recordar que en los diez últimos años han asesinado a mil mujeres en este país. En cuanto al balance, es absolutamente positivo, lo que pasa es que necesita alimento. Una Ley tan compleja, que tiene toda una estrategia de prevención y de promoción de la igualdad y que impregna a todo el aparato del Estado, necesita voluntad política de sostenerla y recursos. Y eso es lo que nos ha fallado. 

-¿Qué siente una coordinadora del IAM cuando ocurre un nuevo crimen machista? 

-(A.B.P.) Nos invade un sentimiento de indignación y rabia. Como mujeres feministas, cada caso nos afecta muchísimo y nos hace ver que hay que seguir trabajando. Es importante visualizar que se ha vuelto a cometer un nuevo asesinato, condenarlo con toda dureza y llamar a las cosas por su nombre: violencia de género, violencia machista, terrorismo machista. No se puede confundir, como hizo la ministra Ana Mato, violencia de género con violencia doméstica. Luego la coordinación institucional es muy importante para atender a los familiares y hay que hacer el máximo ruido en la calle, pues las víctimas y sus familias tienen que sentir el respaldo social e institucional. 

-(M.E.) Hay que pensar también en las mujeres que están en situación de riesgo ahora mismo. Cuando asesinan a una mujer, y sobre todo cuando veo cómo ha ido aumentando la cifra de mujeres que son asesinadas sin haber tenido ningún contacto con las instituciones, siento una especie de frustración, de decepción, y me pregunto: ¿qué más podemos hacer para que ninguna mujer esté sola? Porque si pide ayuda podemos evitar el desastre. Creo que este país tiene un problema tan grave con la violencia de género que sería exigible que hubiera una campaña permanente. Los estudios demuestran que cuando hay campañas las cifras bajan. 

-Finalmente no hubo reforma de la Ley del Aborto. 

-(A.B.P.) No, no hubo, pero fue una victoria de las mujeres y de muchos hombres que nos acompañaron en la calle. En cualquier caso, para mí la intención es la que cuenta: se ve cuál es su forma de hacer política, que se basa en su ideología pura y dura, que tiene por naturaleza oprimir a las mujeres y recortarles derechos y libertades. 

-(M.E.) En el anteproyecto de ley, Gallardón ha retratado muy bien la vigencia que el machismo tiene en los ámbitos públicos y políticos. Ese doble discurso que el PP tiene de mantener en teoría la igualdad no se corresponde con tutelar a las mujeres hasta el punto de que no puedan decidir sobre su derecho a ser madre o no serlo. Han perdido toda la credibilidad. Cuando se recortan los derechos de las mujeres se está empeorando la convivencia y bajando los estándares democráticos y de derechos humanos de las sociedades. Y por eso las mujeres feministas salimos a la calle el día 1 de febrero en Madrid, uno de los días más bonitos que he vivido. 

- ¿Qué hace el IAM contra la discriminación laboral de la mujer? 

-(A.B.P.) EL IAM siempre ha apostado por que la mujer estuviera presente en el mercado laboral y que sus condiciones fueran buenas y que se igualaran a las de los hombres. Actualmente seguimos trabajando en esa línea a través de diferentes programas. 

-¿Hay menos discriminación ahora que hace 25 años? 

-(M.E.) Yo creo que hay dos problemas contra los que seguimos luchando que son la expresión más grave de la discriminación: uno es la brecha salarial y otro el acoso sexual de las mujeres en el ámbito laboral, un asunto que dará mucho que hablar en los próximos años, porque es un problema oculto, que las mujeres están viviendo en silencio por la crisis y el miedo a perder el empleo. Luego hay un tercero, no menos relevante, que es el famoso techo de cristal y cómo las mujeres, en igualdad de condiciones, no llegan a puestos de dirección. 

El IAM nació y ha crecido con el PSOE gobernando Andalucía. ¿Cómo le afectaría un eventual cambio político en la Junta? 

-(M.E.) ¡Pues no hay nada más que ver lo que está pasando en España! A mí me parece muy bien que hable usted del PSOE, porque es verdad que es el partido que gobierna en Andalucía, pero el Instituto y las políticas de igualdad las han hecho las mujeres del PSOE, y además las feministas de este partido hemos pagado un precio muy alto. 

-¿Cómo están asistiendo al goteo incesante de casos de corrupción? 

-(M.E.) Creo que tienen un efecto terrible en la confianza de los ciudadanos en las instituciones. Llevo muchos años en política y aunque son casos aislados hemos llegado a un momento en que la ciudadanía percibe que todos los políticos estamos implicados y eso es terrible, porque se está perdiendo la confianza no sólo en la política, sino en las instituciones. Y sin política y sin instituciones no hay democracia. 

-(A.B.P.) Quien utilice unas siglas o estar en una administración pública para beneficiarse personalmente debe cumplir lo que la ley establezca. Pero aunque son muchos los casos que están saliendo a la luz, creo que son muchos también los políticos y las políticas que nos dedicamos a esta profesión porque queremos mejorar nuestros entornos y la calidad de vida del ciudadano.

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