lunes, 2 de marzo de 2015

Bombas en la Costa oriental; testigos de una historia reciente granadahoy.com

Esta semana se presenta el libro 'Por la libertad del pueblo' que recoge el horror vivido durante la Guerra Civil Hay fortificaciones en Calahonda y Castell de Ferro.
ROSA FERNÁNDEZ GRANADA 

Proyectiles de artillería de unos 10 milímetros. Una munición que se utilizó en la Guerra Civil española y que sale cada dos por tres en la zona de la Sierra de Lújar y de la Costa oriental. Son testigos mudos del horror vivido ahora hace unos 80 años en lugares en los que ha quedado gran cantidad de munición enterrada y que, con los últimos incendios, se encuentran aún más al descubierto de la población, con el peligro que entrañan. 

Cuando se está celebrando el aniversario de la Desbandá, el éxodo desde Málaga a Almería en el que tantos crímenes se produjeron, aparecen nuevos datos sobre el acontecimiento más importante de la historia reciente en el que se enfrentaron hermanos contra hermanos. Esta semana se presentará el libro Por la libertad del Pueblo, del motrileño Fernando Alcalde, donde precisamente se ofrecen numerosas pistas de lo que ocurrió en este lugar, en el que de vez en cuando vuelven a aparecer bombas que estaban destinadas a eliminar al contrario y que, sin embargo, han quedado sepultadas como si cada cierto tiempo quisieran llamar la atención de lo vivido en esos parajes para que nunca caiga en el olvido. 

Y es que el periodo histórico que abarca la Guerra Civil en la Costa de Granada está muy poco estudiado. Sin embargo, existe una nutrida presencia de restos de las fortificaciones de ambos ejércitos en la zona comprendida entre Calahonda y Castell de Ferro, que supone una oportunidad para contar la historia a través de la visita a estos espacios, ya que se conservan estructuras que muestran cómo fue evolucionando la estrategia de fortificación a lo largo de la contienda. De hecho, el titulo del libro responde a una pintada encontrada en un nido de ametralladora en el Pico del Águila y que, según el autor representa muy bien "el espíritu de quienes se embarcaron en la tarea de la defensa de la legalidad constitucional y las libertades frente al golpe militar". 

El libro está firmado por Fernando Alcalde y por el Doctor Ayala, aunque el primero reconoce que "han sido muchos los amigos de la asociación que han compartido días de campo para su realización". La idea sobre el estudio de esta zona le rondaba desde hace bastante tiempo "por diferentes razones afectivas", pero como proyecto se concretó hace un par de años como uno de los objetivos de la asociación 14 de Abril para la Recuperación de la Memoria Histórica de la Costa de Granada. 

En el libro se desvela el porqué de la presencia de tanta munición: "se debe a la larga duración del frente en esta zona", explica Alcalde. Tras la caída de Málaga y posteriormente la toma de Motril por las fuerzas italianas el 10 de febrero de 1937, las posiciones apenas se movieron hasta el final de la guerra y, aunque no hubo grandes operaciones, si existió un continuo intercambio de fuego y escaramuzas. "Quizás las más importantes fueron las ocurridas inmediatamente después de la caída de Motril, en el escenario trágico de La Desbandá", añade. 

Tras el avance de los legionarios del CTV italiano y el Tabor de Regulares Larache hacia Castell de Ferro se produjo la contraofensiva republicana con efectivos de la XIII Brigada Internacional y la 6ª Brigada en la que se produjeron duros enfrentamientos, quedando la línea estabilizada entre Castell de Ferro y Calahonda. Otra de las grandes operaciones fue la liberación de los 308 prisioneros republicanos que estaban cautivos en el Fuerte de Carchuna y que fue asaltado por un grupo de comandos de la Compañía Especial de la 54 Brigada Mixta. 

En Por la libertad del pueblo también se recogen numerosas anécdotas. "Aunque las condiciones en el frente resultaron penosas y el desarrollo de la contienda fue especialmente dura para la población civil, hubo tiempo para la confraternización en algunas zonas. En Calahonda tenemos testimonio de un pastor que paseaba entre líneas vendiendo leche de cabra a ambos ejércitos o en Sierra de Lújar tenemos constatado el intercambio de tabaco y papel". 

Pero también hay sucesos muy dramáticos. Al parecer, había un acuerdo entre ambos ejércitos para tomar agua de la Fuente del Plomo en Sierra de Lújar. La madrugada del 25 de mayo de 1937 un grupo de falangistas, rompiendo el acuerdo, abrió fuego sobre los republicanos que aguaban. La respuesta fue muy dura con numerosas víctimas. Un cura se acercó a las posiciones republicanas solicitando que se pudieran recoger a los heridos a lo que el capitán republicano accedió. Tras la guerra, este mismo sacerdote volvió a encontrarse por casualidad con el capitán en la cárcel de Granada, intercediendo por su vida. "Parece un guión de película pero fue así", dice Fernando Alcalde. 

En cuanto al balance de víctimas, "hay pocos datos, pero sabemos, porque están contabilizadas y su memoria rescatada, que se produjeron entre 88 y 92 víctimas en el bando franquista y del lado republicano no hay datos definitivos. Actualmente, se cree que hay más de 500 víctimas y unas 7.000 condenas. La mayor parte de ellas se encuentran en paradero desconocido y otras en la fosa que existió en el cementerio municipal", sentencia el autor.

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