domingo, 30 de agosto de 2015

La Costa pide ayuda "urgente" para acabar con los residuos agrícolas granadahoy.com

Albuñol, Castell y Polopos reclaman una planta de transferencia para poder tratar los sobrantes y plásticos
ROSA FERNÁNDEZ MOTRIL
Una hectárea de tomate genera restos que le cuestan a la ciudad 2.000 euros en transporte.

Al finalizar la última cosecha, los agricultores arrancan las plantas de los invernaderos de la Costa y se disponen a depositarlos… en la puerta de sus plantaciones. En algunos casos -los menos- los han depositado en grandes contenedores que, igualmente, esperan el momento de que se aligere su volumen. En el otro lado de la moneda están los que los tiran a cualquier parte, por barrancos o terraplenes. Un problema muy grave en la zona oriental de la Costa, desde donde se reclama de manera urgente una planta de transferencia para Castell de Ferro, Albuñol o Polopos. 

El caso de Albuñol con residuos a pie de playa que son arrastrados por las ramblas hasta el mar, por ejemplo, ha dado la vuelta al país. El problema estriba en el coste del transporte de estos vegetales desde los invernaderos hasta la planta de residuos agrícolas de Motril. En concreto, una hectárea de tomate puede generar unos restos que cuesta transportar unos 2.000 euros a la ciudad vecina. 

Para buscar las causas de esta situación hay diferentes interpretaciones. Por un lado, están los que creen que es preciso terminar el Plan de Diputación, en el que se preveía la planta de Motril pero también siete plantas de transferencias para toda la Costa. Sin embargo, las mismas fuentes señalan que en estos últimos cuatro años no se ha realizado ninguna inversión en este sentido. Por otro, hay quien sostiene que la competencia es de la Junta, como es el caso del Partido Popular. Su portavoz andaluz, Carlos Rojas, visitó este verano Gualchos-Castell de Ferro para conocer el problema y se comprometió a llevar este asunto al Parlamento de Andalucía "para que los servicios de Agricultura y Medio Ambiente de la Junta den una solución a los agricultores y al municipio". 

"No hay ninguna administración que coja el toro por los cuernos", asegura el secretario provincial de Coag Granada, Miguel Monferrer, lo cual no se explica, "porque si tienen que poner una tasa, que lo hagan, pero no puede haber residuos vegetales tirados por ahí". 

En lo que sí están de acuerdo todos es en que hace falta una planta de transferencia en la Costa, sobre todo, en Albuñol y Castell de Ferro. En el caso de las cooperativas, para cumplir con algunos de sus protocolos de calidad han ayudado a organizarse a los agricultores, a través de contenedores. Así, firmas como La Palma, El Grupo o Procam, mantienen este comportamiento. Sin embargo el coste es asumido por los propios productores. 

El director de Cooperativas Agroalimentarias Granadinas, Gustavo Ródenas, reconoce que "estamos haciendo lo que podemos, con los medios que tenemos". Asimismo, transmitió la preocupación de la federación por las cuestiones ligadas a la higiene rural y a la gestión de residuos agrícolas, "prioritarias, a nivel provincial, para la sostenibilidad y el ejercicio de una agricultura profesional". Por último, el presidente de El Grupo, Fulgencio Torres, califica la situación de "descontrol" y recuerda que "nos prometieron una planta de transferencia", que no termina de llegar.

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