martes, 15 de septiembre de 2015

La salud del corazón depende de la conducta diariodemocracia

Las enfermedades cardiovasculares (sobre todo las enfermedades de las arterias que irrigan al corazón) son una de las principales causas de muerte en el mundo. Para graficar este impacto se puede decir que cada 26 segundos una persona sufrirá un problema cardiovascular, y cada minuto una persona morirá por ello. Pero es posible bajar estas cifras.


En nuestro país la enfermedad cardiovascular produce consecuencias muy severas en toda la población. De acuerdo a datos del Ministerio de Salud de la Nación, esta enfermedad representa más del 30% de todas las muertes, nos adelanta el doctor Matías Departí (MN 98.130), especialista en Medicina Familiar y Ambulatoria.
El desarrollo de la enfermedad cardiovascular ocurre mayormente en aquellas personas que padecen crónicamente factores de riesgo no controlados. Estos factores de riesgo son la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la diabetes, el consumo de tabaco, el sedentarismo, el sobrepeso, entre otros. Aún mayor es el riesgo cuando varios de estos factores están presentes simultáneamente.
En Argentina, gran cantidad de su población, presenta un riesgo elevado de padecer enfermedad cardiovascular. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del año 2009, se encontró que más del 50% de las personas tienen sobrepeso y obesidad, más del 50% son sedentarias, más del 30% de la población es hipertensa y un 30% padece de hipercolesterolemia o es fumadora.
En septiembre se celebra internacionalmente el mes del corazón y el laboratorio argentino Elea, empresa farmacéutica prácticamente especializada en la prevención cardiovascular recorre durante ese mes el país con la campaña "Escuchá tu corazón". El objetivo de esta campaña es concientizar a la población sobre la importancia de la prevención de las enfermedades cardiovasculares mediante el control de los factores de riesgo. Para ello, se instalaron más de cincuenta "Centros Cardiosaludables" en las principales farmacias del país en donde se midió en forma totalmente gratuita: presión arterial, peso, talla, perímetro de cintura, IMC (Indice de Masa Corporal) y se registró el estilo de vida, antecedentes sobre enfermedad cardiovascular. Además se distribuyeron informaciones a quienes se acercaban para fomentar el desarrollo de hábitos positivos de manera de mantener un corazón sano.
Durante el año 2012 esta campaña de salud encuestó a 3.387 personas donde el 70% mostró tener sobrepeso u obesidad (sobre todo en los mayores de 65 años), más del 50% dijo ser sedentario, el 43% de los hombres y el 25% de las mujeres registraron cifras elevadas de la presión arterial, el 20% comentó ser fumador habitual, 10% dijo que era diabético y 30% de los encuestados declararon padecer alguna enfermedad cardiovascular. De acuerdo a los datos anteriores se evidencia un gran incremento en el riesgo cardiovascular en estas personas evaluadas en los centros distribuidos en el país.
Varios de los factores de riesgo cardiovascular se relacionan directamente con los hábitos, sobre todo con los dietarios. Hay investigaciones que demuestran que una alimentación correctamente equilibrada podría colaborar con la disminución de la enfermedad cardíaca.
Es conocido desde hace varios años los beneficios de la llamada dieta mediterránea sobre todo en la salud cardiovascular. Un trabajo científico publicado este año por profesionales españoles encontró que la dieta mediterránea acompañada de aceite de oliva o frutos secos reduce los problemas cardiovasculares graves como el infarto agudo de miocardio y los accidentes cerebro vasculares (ACV) en un 30%. Uno de los elementos que contiene la dieta mediterránea y los frutos secos es el ácido alfa linolénico (ALA) -un ácido graso omega 3 de origen vegetal-. El ALA actúa a través de varios mecanismos como por ejemplo: posee un efecto antiinflamatorio sobre la pared de la arteria, disminuye la generación de coágulos sanguíneos, protege a la pared de la arteria de diversas agresiones, presenta efectos antiarrítmicos, entre otros. Además es conocido su efecto para disminuir las grasas que se encuentran en la sangre como los triglicéridos, el colesterol total y el colesterol malo (LDL). Estas acciones, en su conjunto, colaboran con la salud de las arterias e impiden el desarrollo de la enfermedad cardiovascular.

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