domingo, 25 de octubre de 2015

Diez datos dolorosos sobre la realidad de los refugiados ELHUFFINGTONPOST

 
Responsable de Comunicación, CEAR

En el mundo
1. Este año, según los cálculos de ACNUR, habríamos superado la cifra de los 60 millones de personas obligadas a huir de sus hogares por la guerra o la persecución. Si formaran un país sería el 24º más poblado muy cerca de Italia. El alarmante aumento de esta cifra en los últimos años no es fruto de la mala suerte, sino de invasiones, conflictos alentados por el odio durante generaciones, potencias que priorizan sus intereses a evitar masacres, empresas que desplazan pueblos y gobiernos que se sienten libres para perseguir a minorías sociales o silenciar a los disidentes.
2. A pesar de que muchos puedan pensar que este problema afecta sobre todo a los países europeos, el 86% de las personas refugiadas está en los países más empobrecidos. El mejor ejemplo de esto es el conflicto sirio, el que más refugiados ha provocado en los últimos años. De los 4,6 millones de sirios que han huido del país, 3,7 han sido acogidos por Turquía, Líbano y Jordania.
Adaptación de la imagen de la campaña de CEAR #UErfanos a la situación que afrontarán los refugiados en invierno
En Europa
3. Si la Unión Europea tuviera la misma proporción de personas refugiadas que Líbano tendría que acoger a alrededor de 135 millones. El año pasado recibió 626 mil solicitudes de protección internacional, y queda por saber cuántas aceptará.
4. El pasado abril murieron 800 personas frente a las costas de Lampedusa. Los dirigentes europeos se mostraron consternados y afirmaron que esa tragedia no podía repetirse. Desde entonces, al menos han fallecido otras 1.300. En total, cerca de 3.000 fallecidos durante 2015.
5. Visto lo sucedido, es difícil creer que los líderes europeos se creyeran sus propias palabras tras lo sucedido en Lampedusa. Pero lo que es imposible es que el tema les pillara por sorpresa. Desde el año 2.000 hasta entonces habían muerto más de 23 mil personas tratando de llegar a Europa. Y estas cifras siempre deben ir acompañadas de "al menos", porque es imposible contar los fallecidos de los que nunca se tuvo noticia.
6. En lo que va de año habrían llegado a Europa 580 mil personas a través del Mediterráneo. Ante esta situación, la Unión Europea -como medida extraordinaria- se ha comprometido a dar acogida a 160 mil refugiados en dos años. Qué se hará con los solicitantes de asilo que no entren en esa cifra sigue siendo una incógnita.
7. Bulgaria, Grecia, Hungría, Calais, Ceuta y Melilla... Hasta 7 vallas han decidido levantar o reforzar los países de la Unión Europea con el intento de frenar el paso de refugiados y migrantes. Alrededor de 260 kilómetros de cemento y alambradas que han servido, sobre todo, para provocar heridas a miles de personas y que deban optar por rutas más largas y peligrosas.
8. Según el proyecto Migrant Files, la Unión Europea se habría gastado en control fronterizo más de 13 mil millones de euros desde el año 2000. En ese periodo el tráfico de personas habría generado unos beneficios de 15.700 millones. Por mucho que se pongan vallas y controles, no vienen menos. Simplemente tienen que gastar, y sufrir, más para llegar.
En España
9. Hasta hace muy poco, cuando un refugiado quería pedir asilo en España, la espera para conseguir una primera cita solía ser de 4 meses. En ese tiempo, apenas se tiene ningún derecho y corren el riesgo de ser expulsados. Una vez admitida a trámite la petición de asilo, el tiempo de resolución en muchas ocasiones supera un año. Durante los primeros seis meses, los solicitantes tienen cubiertas sus necesidades básicas, pero, por el contrario, no tienen permiso de trabajo.
10. El año pasado, España recibió menos de seis mil solicitudes de asilo, y se aceptaron sólo el 44% de las presentadas anteriormente. Este año se calcula que aumentarán a alrededor de 12 mil. En cualquier caso, un porcentaje mínimo respecto a la Unión Europea ¿Por qué un número tan reducido siendo un país del sur? Las vallas de Ceuta y Melilla, las expulsiones colectivas -primero expulso y luego nunca pregunto- y qué pedimos a nuestros vecinos explican en parte por qué hasta ahora España no ha sido país para refugiados.

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