martes, 17 de noviembre de 2015

10 cosas que he aprendido después de sufrir cáncer ELHUFFINGTONPOST

Superviviente de un cáncer y fundadora de Treatmint Box

Hay ciertas cosas que me gustaría haber sabido; cosas que me habrían permitido ver la posibilidad de un futuro sin relacionarlo con mi pasado. Esas cosas me habrían dejado asimilar el día de hoy, mañana y pasado. Si pudiera volver a una etapa antes de sufrir cáncer y decirme a mí misma todas estas cosas que no sabía que sentiría, esto es lo que me diría:
1. No tienes que ser optimista siempre.
Hay días que te sentirás destrozado y no pasa nada. No siempre tenemos que ser optimistas. Podemos vivir con el dolor. Podemos llorar nuestras pérdidas. Podemos tener un mal día.
2. Acepta tus nuevas formas de pensar.
Intentar volver a ser la misma persona que éramos antes del cáncer es parte de nuestro instinto. Asimila que puede que tu vida no vuelva a ser la misma. Un cáncer puede provocar cambios muy grandes en tu manera de vivir la vida y en tu manera de elegir qué cosas son importantes. Es totalmente comprensible la necesidad de realizar cambios para equilibrar tu yo del pasado con tu yo del presente.
3. Es un proceso sin calendario.
Curarse no es un nuevo evento de tu calendario y no hay ninguna varita mágica. Es algo que tienes que asimilar y que necesita su tiempo, mucho tiempo. Hay que recordarse a uno mismo que es muy importante permitirnos sentir el dolor antes de saber que queremos dejar de sentirlo, y no siempre ocurre en ese orden. Hay días en los que te sentirás genial y hay días en los que levantarte de la cama será difícil. Es como avanzar dos pasos y retroceder uno, pero hay que seguir adelante.
4. No existe una cura universal.
No hay un patrón ni un calendario. Todos nos curamos de distinta manera. Cada uno se enfrenta al cáncer habiendo vivido experiencias únicas y estas experiencias afectan a cómo lidiamos con el dolor y, al final, con la cura. Lo que funciona para una persona puede que a otra no le sirva. Hay que buscar una manera para evitar que el cáncer esté al mando, nos defina y afecte a nuestras acciones.
5. Reconecta contigo mismo dejando al cáncer de lado.
Habrá días en los que no recuerdes quién eras antes de sufrir cáncer y eso puede consumirte por dentro. Llegará un día en el que sólo será una parte más de ti, no lo que te define. La depresión tiene un don para eclipsar todas las cosas que quieres. Tómate tu tiempo para recordar qué cosas querías y para descubrir nuevas cosas que te atraigan.
6. Acepta que no vas a estar aquí siempre.
Habrá un tiempo en el que no puedas ver el futuro. Es posible que no quieras hacer planes o que no tengas ganas de imaginar tu vida dentro de 20 años. La vida puede parecer demasiado caótica e inesperada como para hacer planes, pero aceptar que tenemos un tiempo de vida limitado puede ser gratificante. Puedes dejar que te paralice o puedes aceptarlo. Aceptarlo te permite sentir paz en un mundo en el que el simple hecho de existir puede ser estresante.
7. Relaciónate con otros supervivientes.
Si de repente te sientes como un desconocido con tus amigos y tu familia, busca a gente que te comprenda. El cáncer a veces hace que nuestra cultura frívola nos resulte ridícula y esto puede aislarnos. Tener a alguien que lo entienda suele ser de ayuda. Descubrir que no estás solo es muy gratificante; es una fuerza que nos empuja hacia la curación. Lo más peligroso que puedes hacer es aislarte con tu dolor.
8. Cuídate.
Es difícil cuidarse y ser amable con uno mismo cuando estás destrozado. Puede que solamente quieras deshacerte de todo el dolor, pero no sepas cómo seguir adelante. No poder superarlo únicamente con fuerza de voluntad es muy frustrante, pero tienes que ser comprensivo contigo mismo. Cuídate, has pasado por muchas cosas. No puedes acelerar el proceso de curación.
9. No tienes que vivir cada día como si fuera el último.
Asimilar que tenemos un tiempo de vida limitado puede hacernos sentir como si debiéramos aprovechar al máximo cada instante, pero no podemos hacer eso todos los días. Hay momentos en los que sólo podemos limpiar la casa o hacer la compra. No se pueden dejar de lado los aspectos rutinarios de la vida sólo porque nos hemos dado cuenta de que podemos morir en cualquier momento. Hay que seguir adelante manteniendo el equilibrio entre sentirnos vivos y vivir en un mundo que cambia constantemente.
10. Llorar por lo que has perdido te ayuda a curarte.
Tienes que llorar por lo que has perdido. No te escondas pensando que al llorar parece que no agradeces estar vivo. El hecho de esconderse incrementa tu dolor. Puedes estar agradecido y a la vez llorar por todas las cosas que han cambiado y por las cosas que has perdido.

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