jueves, 19 de noviembre de 2015

El cerebro, ese gran mentiroso granadahoy.com

El Paseo del Violón acoge una exposición interactiva de La Caixa que muestra, a través de trucos y experimentos, la base científica del ilusionismo
G. CAPPA GRANADA
Didáctica. Bajo el nombre 'Ilusionismo, ¿magia o ciencia?', la muestra, organizada por la Obra Social La Caixa, acerca al espectador al funcionamiento interno del cerebro a través de experimentos realistas y objetos originales que se combinan con metáforas y contradicciones museográficas. fotos: álex cámara.

Ignacio Morgado, catedrático de Psicobiología de la Universidad Autónoma de Barcelona, visitó EEUU y, antes de ver el Cañón del Colorado, se metió en una sala en la que se pasaba una película en tres dimensiones con sonido dolby sobre el gran icono de Arizona. ¿Qué ocurrió después? "Que cuando después lo visité me decepcionó, me pareció muy pobre al lado de lo que el cine me había presentado", recordó ayer el también comisario de la exposición Ilusionismo, ¿magia o ciencia?, que se inauguró en el Paseo del Violón. Una iniciativa que "va mucho más de enseñar unos cuantos trucos" para ofrecer un rato de diversión, porque la pretensión final es hacer reflexionar al visitante sobre la mente humana. 

Organizada por la Obra Social La Caixa en colaboración con el Ayuntamiento, la muestra explica en 400 metros cuadrados los mecanismos que convierten al cerebro en una fábrica de ilusiones. "Nuestra mente tiene una forma maravillosa de percibir el mundo que no coincide con la realidad, pero supera a la realidad misma. Esta exposición trata de mostrar cómo percibimos el mundo y cómo los ilusionistas y los magos se aprovechan de esto para hacernos disfrutar", señaló Morgado en la presentación, en la que estuvo acompañado del alcalde de Granada, José Torres Hurtado, y de Ángel Salar y Rosa Márquez, directores de Área de Negocio de La Caixa en Granada capital. 

La muestra permite observar que una misma pieza musical, interpretada por el mismo músico y con igual virtuosismo pero en escenarios diferentes, produce distintas sensaciones entre quienes la escuchan. Convertirse en una araña, ver levitar un gran engranaje, crecer y empequeñecer como lo hizo Alicia en el país de las maravillas son algunas de las actividades que ofrece esta exposición, que permanecerá abierta al público hasta el próximo 8 de enero. 

Ilusionismo, ¿magia o ciencia?, que coincidirá en su primera semana en Granada con la celebración del Hocus Pocus, comienza con un módulo de marcado carácter científico en el que los visitantes pueden ver neuroimágenes y películas que descubren cómo el cerebro procesa los sentidos. "Mostramos cómo los órganos sensoriales capturan la energía y los cambios físicos y moleculares que hay en nuestro mundo y los llevan a nuestra corteza cerebral para convertirlos en percepciones maravillosas", apuntó el comisario de la muestra. 

Después de enseñar cómo funciona el cerebro, la exposición muestra una serie de factores que influyen en la manera que tiene cada individuo de percibir el mundo. Según Morgado, lo que cada persona percibe depende de factores como sus expectativas, su memoria, la atención que pone... Y de eso se aprovechan los magos, "en el buen sentido de la palabra", para "recrearnos en experiencias ilusorias que nos hacen disfrutar". 

Una de estas cosas es el cine, que no deja de ser "una maravillosa ilusión". "En la pantalla no hay señores que se mueven, aunque nosotros los veamos en movimiento, tampoco hay señores que hablen aunque nosotros escuchamos sus expresiones, todo es una transformación técnica que nuestro cerebro la coge de una manera tan especial que el cine moderno puede superar a la realidad". 


El módulo que va a continuación es el de la magia, con unos cuantos juegos que no pretenden mostrar los secretos celosamente guardados por los magos. Aunque algunos sí se explican, como el que utilizan los trileros para engañar a los incautos en Madrid o Barcelona. Pero aparte de esto, el "peor error" que puede cometer el que va a un espectáculo de magia es "ir con la malicia de ver si pilla el truco". "Primero porque si el mago es bueno no lo va a conseguir y, segundo, porque hay que convertirse en un cómplice del mago. En la magia no hay engaño, hay un deseo de hacer pasar un buen rato, de sorprender", defendió el catedrático.

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