domingo, 13 de diciembre de 2015

Granada sufre el final de año más cálido y seco de las dos últimas décadas granadahoy.com

La Aemet no prevé precipitaciones durante las dos próximas semanas y pronostica un ligero aumento de las temperaturas La Sierra, principal foco de preocupación
GUADALUPE S. MALDONADO / GRAnada
La estación, ayer.
Imagen de ayer de las cumbres de Sierra Nevada, que apenas tienen nieve.

Soleado, con intervalos nubosos a determinadas horas del día y sin una gota de agua. Este es, a grandes rasgos, el pronóstico del tiempo que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) tiene reservado para Granada durante la próxima semana. Y todo ello con temperaturas impropias de un mes de diciembre granadino: mínimas de entre 6 y 8 grados, y máximas que superarán con creces los 15 para acercarse a unos primaverales 20 grados. Para quien busque terracitas agradables para comer, diciembre se ha convertido en un inesperado aliado. Pero para quien mire al cielo con preocupación, el último mes del año no trae más que malas noticias. 

El director del Centro Meteorológico de Málaga, José María Sánchez-Laulhé, asegura que el final del otoño no traerá ninguna sorpresa en forma de lluvia para la provincia o nieve para Sierra Nevada, uno de los principales focos de preocupación en este otoño seco y caluroso. "No esperamos lluvia en las próximas semanas", asegura el meteorólogo, que pronostica, además, un ligero aumento de unas temperaturas que de por sí ya están bastante por encima de la media. "No se ve ningún frente en los próximos quince días, no tenemos perspectivas de precipitaciones". 

No es la primera vez que Granada afronta un otoño de altas temperaturas y poca lluvia limitando con el inicio del invierno, pero sí uno de los más graves de la serie histórica. Todos los registros meteorológicos de 2015 se sitúan muy por debajo de la media. De acuerdo a la información facilitada por el Centro de la Aemet en Málaga, en el periodo que va desde el 1 de noviembre hasta el 7 de diciembre las precipitaciones apenas han alcanzado los 25,4 litros por metro cuadrado, mientras que la media histórica (establecida con los indicadores del periodo 1981-2010) se sitúa en 61,9. Es decir, que en este último periodo otoñal ha llovido menos de la mitad que la media, mientras que las temperaturas, de 11,9 grados medios, han estado casi dos grados por encima de los 10,1 del periodo histórico. 

Los datos cerrados de noviembre, un mes básico para la preparación de Sierra Nevada, son todavía más esclarecedores. La temperatura media del mes, situada en 12,3 grados, es una de las más altas de toda la serie histórica, sólo superada por los 12,9 grados que se registraron en 1995, un año fatídico desde el punto de vista meteorológico que tan malos recuerdos trae a todos los granadinos. Además, las precipitaciones, que sí contabilizaron registros peores en noviembre de 2013, 2007, 2004 y 1998, se han quedado incluso por debajo de las de 1995, cuando en el mes de noviembre se registraron 32,8 litros por metro cuadrado. De hecho, el informe facilitado por la Aemet señala que, mientras que en el año 1995 se registraron al menos siete jornadas de lluvia, en noviembre de 2015 sólo se han contabilizado precipitaciones importantes el día 1 de noviembre y bastante más débiles el entre las jornadas del 20 y 21 de noviembre. 

Al conjugar los indicadores de precipitaciones y de temperaturas, los resultados de este 2015 son bastante preocupantes: se trataría del noviembre más cálido y seco de las dos últimas décadas. Porque sí, en 2013, 2007, 2004 y 1998 llovió menos todavía, pero las temperaturas medias fueron de 9,6, 9,9, 9,3 y 11,3 grados, todas por debajo de los 12,3 grados de noviembre de 2015. De hecho, para encontrar un registro todavía peor al de este año hay que remontarse a 1995: en noviembre de hace justo dos décadas la temperatura media fue 0,6 grados superior, mientras que se registraron 32,8 litros por metro cuadrado de precipitaciones, 7,4 más que en este noviembre de 2015. 

El caso es que esta situación podría ir para largo. El director del Centro de la Aemet en Málaga aseguró que este año "es especial" desde el punto de vista meteorológico, algo que puede estar relacionado con la incidencia de El Niño, que se mantendrá fuerte hasta finales de febrero. José María Sánchez-Laulhé explica que, aunque todavía no está probado cien por cien, los años en los que se produce El Niño, un fenómeno global que acaba teniendo efectos en todo el planeta, suelen introducir en España flujos de componente sur, que traen altas temperaturas y escasez de lluvia. "Con el Niño no suelen entrar frentes de componente Oeste, que es el que trae precipitaciones", asegura el meteorólogo. 

En cualquier caso, desde la Aemet advierten de que no se puede hablar de ciclos -en ese caso, el tiempo no sería un sistema caótica y se podría predecir- y que en 1995, el año que todo el mundo recuerda cuando mira a las cumbres poco nevadas de la Sierra, no hubo ningún Niño que explicara las altas temperaturas y la falta de nieve. 


Al margen de fenómenos meteorológicos, hay indicios de que las irregularidades pueden convertirse en el pan de cada día, o de cada temporada, en Sierra Nevada. El estudio La huella del cambio global: retos para la conservación elaborado por el Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada advierte de que "desde hace unas décadas es evidente el retraso en la fecha de inicio de la temporada de nieve y el adelanto de en la fecha de la retirada", lo que acabará acortando las temporadas en la estación de esquí. El conservador del Parque Nacional y Parque Natural de Sierra Nevada y miembro del Observatorio, Ignacio Henares, explica que lo que está ocurriendo este año "se parece más a lo que va a ocurrir en las próximas décadas", en las que llegarán años muy irregulares como consecuencia del cambio climático global. "Habrá años muy buenos y años muy malos, las irregularidades van a ser de cuatro veces la media", explica Henares, que recuerda que los años que las nieves se retrasen la Sierra tendrá que adaptarse, como está haciendo este año. El caso es que el retraso de la temporada afecta a unas de las épocas más interesantes para la estación, que coincide con el Puente de la Constitución y la Navidad. "No habrá problemas de nieve en enero, febrero y marzo, se producirán sobre todo a principio de la temporada". Henares recuerda además que Sierra Nevada es "muy compleja", por l latitud a la que se encuentra, las diferencias locales y los regímenes de viento, que afectan al reparto de la nieve en la montaña. 

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