domingo, 10 de enero de 2016

Resveratrol: ¿la pócima de la eterna juventud? granadahoy.com

Dosis. El vino tinto contiene una gran cantidad de resveratrol, un antioxidante natural beneficioso para la salud. Un par de copitas al día es el consumo aconsejado
MARGARITA LOZANO 

TERMINAN las fiestas y hacer dieta es más o menos obligado para todos. En los días pasados abusamos, el que más y el que menos, del buen comer y el buen beber. Pues de beber, y sobre todo buen tinto, no se priven (salvo por prescripción médica) pues, consumido con moderación, ayuda a su cuerpo a mantenerse saludable. 

Numerosos estudios científicos realizados desde la década de los 70 del pasado siglo han demostrado que consumir una o dos copas de vino diarias reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, por encima de los 300 cl diarios, el alcohol causa graves daños en el hígado, el cerebro y el corazón. A partir de ahí, la atención fue dirigida a los componentes no alcohólicos del vino tinto y al análisis de los taninos. Los taninos son sustancias naturales, astringentes y amargas que proceden de la maceración de los hollejos y de la crianza en madera. Su presencia se percibe en la lengua y en las encías. Los taninos frutales procedentes de la piel de la uva macerada en el mosto son más saludables y finos, mientras que los taninos de la madera son algo más agresivos. Pero lo importante es que se descubrió que la piel de las uvas tintas contiene un amplio rango de compuestos fenólicos. Concretamente ácidos fenólicos, flavonoides y resveratrol que tienen una gran capacidad de proteger a las lipoproteínas LDL de la oxidación. Inhiben el colesterol malo, que una vez oxidado pasaría a formar una placa de ateroma en la pared de las arterias. La "paradoja francesa" tenía su explicación : una copa de vino tinto en las comidas contribuye a evitar que las plaquetas sanguíneas se aglutinen. Hoy se sabe que el proceso de envejecimiento así como la aparición de algunas enfermedades, se debe al efecto de los "radicales libres" (que no son no son jóvenes melenudos lanzando proclamas…) que oxidan nuestras células. Podemos combatir los radicales libres consumiendo antioxidantes artificiales (vitamina C, vitamina E, betacarotenos) o recurriendo a una alimentación sana con altas dosis de verduras y frutas frescas, aceite de oliva y vino tinto con moderación. 

De todos los compuestos que probaron los investigadores, el que más estimuló a las sirtuinas (unas enzimas celulares que regulan el envejecimiento de todos los organismos vivos) fue el resveratrol, por lo que el consumo moderado de vino tinto puede ayudar a retrasar el envejecimiento y prevenir enfermedades geriátricas como el Alzheimer. Los contenidos en resveratrol del vino son variables según los viñedos y las regiones de producción y se sabe que están en relación con el estímulo de las reacciones de defensa de la vid en respuesta a una infección parasitaria. 

Como la mayoría de las sustancias beneficiosas se acumulan en el hollejo de la uva, el vino tinto es más beneficioso que el vino blanco debido a su proceso de elaboración: el mosto se macera con la piel y con las pepitas, permitiendo que las sustancias beneficiosas que contiene la piel de la uva pasen al vino. Un clima soleado aumenta la presencia de estos pigmentos. 

Según informa Europa Press, un reciente hallazgo de científicos del Instituto de Investigación Scripps, en La Jolla (Estados Unidos) debería disipar gran parte del misterio y controversia acerca de cómo funciona realmente el resveratrol. Un par de copas de vino tinto aportaría al organismo suficiente resveratrol para provocar un efecto protector. "Esta respuesta al estrés representa una parte de la biología que se ha pasado por alto y resulta que el resveratrol la activa en concentraciones mucho más bajas que las utilizadas en estudios previos", señala el investigador principal de este trabajo, Paul Schimmel, cuyo estudio se publica en la edición digital de la revista Nature. El resveratrol es un polifenol natural con alto poder antioxidante producido en respuesta al estrés (infección, sequía, radiación ultravioleta…) en uvas, granos de cacao, la planta Fallopia japonica y algunas otras plantas. 

"Con estos resultados tenemos un nuevo mecanismo fundamental sobre los efectos beneficiosos conocidos del resveratrol", afirma Mathew Sajish, investigador asociado en el laboratorio Schimmel de este instituto y otro de los autores principales del trabajo. El resveratrol ha atraído el interés de los científicos ya que alarga la vida útil y previene la diabetes en ratones obesos, además de aumentar enormemente la resistencia de los roedores normales que hacen ejercicio sobre ruedas. Sin embargo, más recientemente, los científicos en este campo han estado en desacuerdo acerca de las vías que activa el resveratrol para promover la salud, poniendo en tela de juicio algunos de los supuestos beneficios para la salud del compuesto, especialmente teniendo en cuenta las elevadas dosis utilizadas en algunos experimentos. Ahora, los experimentos del equipo muestran que ciertas respuestas beneficiosas para la salud pueden activarse con dosis mucho más bajas de resveratrol -unas mil veces menos de las que se utilizan en algunos de los estudios previos más célebres-. "Con estos resultados, es concebible que el consumo moderado de un par de copas de vino tinto diera a una persona el suficientemente resveratrol para provocar un efecto protector ", afirma Sajish. Cualquier actividad que el resveratrol tenga naturalmente en los mamíferos puede ser un ejemplo de hormesis: la activación leve de una respuesta natural al estrés que promueve la salud. 


Dicho lo dicho, es importante recalcar que el vino no es un medicamento, no cura enfermedades ni inmuniza contra ellas. Pero sí ayuda a prevenir algunas, siempre que no tengamos una contraindicación médica para su consumo y que éste se haga con moderación.

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