sábado, 1 de octubre de 2016

La investigación cardiovascular en España goza de buena salud elmedicointeractivo

El presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), Andrés Íñiguez, ha concedido una entrevista a EL MÉDICO 

A punto de cumplir un año al frente de la Sociedad Española de Cardiología, Andrés Íñiguez recibe a EL MÉDICO para hacer balance de los objetivos planteados por su directiva, donde la formación y la investigación son el garante de una buena asistencia de calidad. 
¿Cuáles son los objetivos prioritarios de la SEC?
En la SEC tenemos seis líneas estratégicas. Desarrollar programas de formación para nuestros socios y para todos los profesionales que atienden a personas con patologías cardiovasculares, promover la calidad asistencial en nuestras actuaciones clínicas para con los pacientes, facilitar y contribuir al desarrollo de investigación en el área cardiovascular, generar una mayor proyección externa institucional, contribuir a la prevención cardiovascular y a una mayor salud cardiovascular de la sociedad civil, y ser una organización eficiente.
Entre las necesidades de los socios de la SEC, ¿la formación está en sus prioridades?
Desde luego, no hay mas que ver el número de asistentes y participantes a estas actividades, que se cuentan por miles, para tener conciencia de su interés y necesidad.
Desde el punto de vista asistencial, ¿cuáles son los problemas con los que se tienen que enfrentar los cardiólogos?
Mayoritariamente con la patología isquémica coronaria, seguido de la insuficiencia cardiaca y, a mucha distancia, el resto de patologías. Los cardiólogos hemos dado un punto de vista erróneo a la sociedad civil y a los enfermos, ya que hemos transmitido la percepción de que la enfermedad cardiovascular estaba controlaba sobre el dato de que la mortalidad cardiovascular era decreciente año a año en las últimas décadas. La realidad es que la mortalidad ha descendido porque se tienen mejores terapias para las fases agudas, mejores fármacos, mejores tratamientos intervencionistas, se ve a los pacientes más precozmente y se diagnostican antes. Pero, sin embargo, la incidencia y prevalencia de la enfermedad, es decir el número de pacientes nuevos con enfermedad cardiovascular y, por tanto, el total de enfermos cada año está aumentando, lo que nos indica que algo no hemos sabido hacer respecto al control de la aparición de la enfermedad, la prevención no ha funcionado como desearíamos.
¿Cómo se evalúa y se mide la calidad asistencial para poder establecerla y mantenerla en los procedimientos y procesos de la práctica clínica diaria?
Calidad, seguridad y eficiencia clínicas están estrechamente vinculadas a la organización y gestión de los servicios sanitarios. El proceso de mejora continua de cualquier organización, incluidas las de salud, se fundamenta en el registro sistemático y en la adecuada interpretación de los datos en términos de resultados de los mencionados registros, por lo que debería ser una obligación registrar los aspectos más relevantes de las actividades en salud, puesto que esta es la base más sólida para mejorar. La Sociedad Española de Cardiología puede cumplir un importante papel en este sentido, colaborando a la cohesión del Sistema Nacional de Salud, generando información relevante sobre resultados en salud de la asistencia sanitaria y desarrollando estándares de calidad y buenas prácticas.  Para ello, la SEC tiene varios proyectos de mejora de calidad asistencial. 
¿Cuáles son estos?
El primero es SEC-EXCELENTE, donde se está elaborando un catálogo de los procesos y procedimientos cardiovasculares relevantes, de los que se obtendrá la evidencia clínica de su manejo óptimo con los se construye la vía clínica que establece paso a paso cúal es el manejo óptimo del proceso o procedimiento y, a continuación,  se incluyen los indicadores de resultados y estándares de calidad y excelencia, que se monitorizan sobre una aplicación informática que registra las actuaciones paciente a paciente. Esto nos sirve para la comparación con los estándares y, por tanto, para la mejora continua, además de servir para la certificación de servicios de Cardiología y certificación o recertificación de sus profesionales.  También está SEC-PRIMARIA, que persigue mejorar la comunicación, relación y protocolización de actuaciones entre Asistencia Primaria y hospitalaria cardiológica. Contribuirá a una mejor gestión de la demanda asistencial.  Y en tercer lugar se encuentra SEC-RECALCAR, donde se intenta desarrollar una política de colaboración con las administraciones públicas para promover la mejora continua de la calidad de la atención cardiovascular. 
¿Existen desigualdades en el acceso a procedimientos dentro de las diferentes comunidades autónomas?
Sin duda, así lo ha puesto de manifiesto el registro RECALCAR, en concreto en la asistencia a pacientes con infarto de miocardio, que se traduce en mortalidades hospitalarias diferentes entre comunidades, fundamentalmente derivadas de tener implantados o no programas institucionales de atención al infarto. Pero en otros ámbitos sucede lo mismo, como por ejemplo en la insuficiencia cardiaca o en el uso de diferentes tipos de fármacos. Y es precisamente en este ámbito donde la SEC debe hacer oír su voz con el aval de la evidencia científica para evitar esas desigualdades en el acceso a medidas diagnósticas o terapéuticas o para evitar inequidades.
Y, ¿en cuanto al acceso a nuevos fármacos, por ejemplo los nuevos anticoagulantes?
Pues efectivamente, es uno de esos ámbitos en los que la evidencia científica dice que aportan una mayor efectividad y seguridad frente a la anticoagulación convencional en grupos de pacientes específicos. Y en cambio existe una verdadera amalgama de modulación de indicaciones por parte de las comunidades autónomas, que  contribuye a que haya una variabilidad de uso inexplicable por criterios científicos y que parece solo enfocada a reducir el gasto sanitario.
¿Cómo es la investigación en el ámbito cardiovascular en España?
Creo que podemos decir que goza de buena salud. Existen organismos enfocados a esta actividad, como el CNIC o como el Instituto Carlos III, cuya financiación institucional o de organizaciones privadas es enorme, lo que permite llevar a cabo muy buenos proyectos. La SEC es una organización científica profesional que aporta su grano de arena en este ámbito mediante la facilitación de actividades que a título individual sus socios realizan y que se pone de manifiesto a través de contribución científica en publicaciones de alto impacto, a través de su agencia de investigación. También aportando fondos para promover proyectos de investigación, que se traduce en una aportación de mas de 800.000 euros anuales en forma de becas o premios de investigación.
¿Cómo se cuantifica el retorno de los fondos destinados a investigación?
Tenemos la obligación, y en ello estamos, de valorar el retorno de esta aportación de fondos y reflexionar sobre si debemos financiar uno u otro tipo de investigación. En mi opinión, en este momento debiéramos apostar por concentrar más los recursos en proyectos relacionados con resultados en salud, que aporten un verdadero valor añadido a la calidad asistencial que reciben los pacientes.
¿Cuál es la participación de los especialistas españoles en los congresos internacionales?
Muy importante, especialmente en el contexto europeo, que es el nuestro. De hecho España creo que es el cuarto país de la Unión Europea en comunicaciones enviadas y aceptadas en el Congreso Europeo de Cardiología.
Y, ¿con respecto a las publicaciones de estudios en revistas de gran impacto?
Sucede lo mismo que lo expresado en los congresos, puesto que al final una comunicación de un congreso, si es buena, lleva detrás un proyecto que se comunica por esta vía de la revistas científicas. En este sentido, la Revista Española de Cardiología ha ido ganando en prestigio y en factor de impacto. Tanto es así que en este momento se encuentra en el cuartil más elevado de factor de impacto, junto a las mas importantes revistas científicas cardiovasculares.
¿Tienen previsto potenciar la investigación?
No es que tengamos previsto potenciar la investigación, es que ya lo estamos haciendo. Quizás falta por acabar el proyecto (ya en marcha) de constituir un grupo de trabajo específico de investigación transversal en la SEC, pues hoy día no se trata de investigación aislada por áreas específicas por parte de profesionales que actúan aisladamente, sino de un aporte multidisciplinar, transversal, en red de los diferentes profesionales implicados.
¿Cuál es la relación que mantienen con otras sociedades científicas que también están implicadas en el manejo y seguimiento del paciente con patología cardiovascular?
Pues muy buena, la SEC prácticamente tiene acuerdos marco de colaboración con todas las sociedades implicadas en la asistencia de enfermos con patología cardiovascular e intenta compartir sus proyectos con las mismas sociedades.
¿Qué papel tiene FACME en esta relación?
Muy importante. La FACME es el nexo de unión transversal entre las sociedades científicas de España, y brinda la oportunidad, precisamente, de abordar proyectos intersociedades, en ámbitos diversos: formativos, de investigación, de gestión, de calidad asistencial, entre otros.
Con respecto a la formación de los especialistas, ¿los planes de formación establecidos están en consonancia con los de los países de nuestro entorno?
No conozco  en profundidad los sistemas de formación en otros países. Sí me consta que sociedades similares tienen no solo el interés en este ámbito, sino que lo consideran fundamental en beneficio de sus asociados, y realizan por tanto cursos de formación similares.
¿Existe un curriculum común europeo?
Sí, efectivamente, la Sociedad Europea de Cardiología, desarrolló un Core Curriculum, pero se refiere fundamentalmente a la formación post-graduada de especialistas, es lo equivalente en nuestro país a la formación MIR. Además, desarrollan contenidos formativos para la cualificación de superespecialistas en ámbitos muy específicos, como cardiología intervencionista, electrofisiología y arritmias, insuficiencia cardiaca o imagen cardiovascular. No obstante, esto tiene solo un valor moral y profesional, pero no una obligación legal en este momento. Que es lo que sería deseable.

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