miércoles, 25 de enero de 2017

Tiempos oscuros granadahoy.com

MILENA RODRÍGUEZ GUTIÉRREZ

El discurso tuvo su lado humorístico, como cuando declaró que, por fin, el poder era devuelto al pueblo

Ya está aquí. Digo, ese al que hay que llamar desde ahora Presidente de Estados Unidos y "hombre más poderoso del planeta" (¿tiene que ser siempre un hombre el más poderoso del planeta?). Muchos, tal vez por ese optimismo a prueba de todo que embarga a menudo a los humanos, pensaban que se moderaría, que sería diferente cuando llegara a la presidencia. Los hechos están demostrando que los súper optimistas se equivocaban. El discurso de investidura, además de parecer escrito por un escolar de primaria (de los menos avanzados de la clase, subrayemos) no sólo no apelaba a la reconciliación de un país duramente dividido, sino que reivindicaba los símbolos (es un decir, porque un discurso plano y simple como el de la libreta de un de niño de 7 años no admite comparación con nada parecido a un símbolo) del pensamiento (es un decir también) más retrógrado, cavernícola y apocalíptico. Según su nuevo presidente, Estados Unidos ha vivido una especie de devastación y saqueo que, por supuesto, serán reparados en este "nuevo milenio" gracias a las ideas y a la acción del nuevo inquilino de la Casa Blanca. Aunque nadie pareció reírse, el discurso tuvo sin duda su lado humorístico, como cuando declaró que, por fin, después de mucho tiempo, el poder era devuelto al pueblo, a la gente. Y lo decía, sin asomo de rubor, uno de los mayores multimillonarios del planeta.
En sus primeros días, el Señor Cabeza Pintada pero Hueca ha declarado la guerra, nuevamente, a la prensa (los periodistas, que se encuentran "entre los seres humanos más deshonestos de la tierra", ha declarado), se ha reafirmado en su Muro con México y ha lanzado el chisme (sin ninguna prueba) de que, en realidad, Hillary Clinton no obtuvo limpiamente casi 3 millones de votos más que él, sino que esta ventaja es culpa del voto ilegal de "millones de indocumentados". También ha sacado a Estados Unidos del llamado Acuerdo Transpacífico (sitio que China, por cierto, tiene intención de ocupar cuanto antes) y ha dejado de publicar la página en español de la Casa Blanca. Aunque este último hecho parece deberse a un problema técnico que, según ha dicho, pronto va a ser solucionado.
Se avecinan tiempos muy oscuros liderados por este peligroso, grosero e ignorante multimillonario que hoy se acuesta en la Casa Blanca. Solo cabe desear que esta vez los súper optimistas tengan razón y que, cuando, por fin, se levante de allí, no sea ya demasiado tarde.

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