domingo, 2 de abril de 2017

7 razones para que tus hijos vean más documentales y menos dibujos animados elhuffingtonpost



Con motivo del estreno de 'Cantábrico', de Joaquín Gutiérrez-Acha.


En el anuncio de una conocida marca, una adolescente le pregunta a su madre "¿Cómo lo has hecho?" después de morder un trozo de queso. No es sólo que la pregunta sea ridícula en el contexto del spot, sino que da a entender que el queso nace de los árboles, del amor de una madre o directamente del vientre de la nevera. Lo peor es que la pregunta y lo que implica no parece escandalizar a nadie, de tan cotidiana como debe ser en los hogares.
Acabar con el desconocimiento de la naturaleza es el principal motivo para alejar a los pequeños de los dibujos animados o los juegos de la tablet, pero por si no te convence, enumeramos otras siete razones adicionales con motivo del estreno de Cantábrico, un fascinante documental de Joaquín Gutiérrez-Acha que muestra como nunca antes las historias y la belleza de un santuario natural que tenemos tan cerca como unas horas de coche.

1. Conocer lo que les rodea

Lo tienen al lado y les es completamente desconocido. A ellos, los pequeños, y también a muchos mayores. Pero Cantábrico muestra una franja de 400 kilómetros, hecha de costas, montañas, bosques, arroyos... Un ecosistema precioso, en todos los sentidos de la palabra, que se extiende por varias comunidades autónomas y que constituye unos de los rincones más especiales de Europa.
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Joaquín Gutiérrez-Acha, el director de la película, apunta en este sentido que "hay mucha gente contando lo que hacen los animales, pero no lo muestran en sus documentales. Ése es un detalle clave: en Cantábrico, todo lo que se cuenta, se muestra".

2. Descubrir a personajes fantásticos

El documental lleva por subtítulo Los dominios del oso pardo. Y ese animal se da a conocer al espectador en sus hábitos cotidianos, en su manera de cuidar a los lobeznos, en su manera de aprender jugando, en su manera de buscar pareja. Pero no es el único personaje, a la altura de cualquiera que pudiera salir de una factoría de animación, que se puede conocer en la película: está también el siempre proscrito lobo, o el audaz gato montés, los increíbles mirlos acuáticos, capaces de nadar y de volar, los casi extinguidos urogallos cantábricos...
"La secuencia de los urogallos", explica Gutiérrez-Acha, "es muy importante, porque están prácticamente extinguidos. El haber conseguido esas imágenes es como un canto a la vida, a la alegría, nos transporta a hace cuarenta o cincuenta años. Pero es un error pensar que están así: hemos estado un año sin ver nada. Y la secuencia de la película es una llamada para ponernos las pilas y conseguir entre todos rescatar a ese animal".

3. Emocionarse con historias dignas de peli

Cantábrico es un documental, pero tiene un ritmo y un tono tan variables que a veces parece un thriller y otras una comedia romántica. Ese pequeño gran espacio natural está lleno de vida y los personajes que acabamos de mencionar protagonizan historias memorables. Ahí está, por ejemplo, la de los arrendajos, aves que mantienen una inmensa red de viveros de forma natural. O la historia de engaño y triquiñuelas de la mariposa hormiguera, que sobrevive engañando una y otra vez a hormigueros enteros.
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El director confía en que estas historias sirvan para que la gente quede prendada de esa naturaleza: "Cuando la gente se enamore de la mariposa hormiguera oscura sembrará los prados un poco más tarde esperando a que esa oruga pueda caer y la recojan las hormigas y se ponga a salvo. Hoy día, la población de esta mariposa tan increíble sobrevive en los márgenes de los prados, donde no llegan las máquinas".

4. Alucinar con momentos inolvidables

La vida en la ciudad y la versión edulcorada de la naturaleza que suelen ofrecer las películas de Disney alejan a los niños, y de paso a los mayores, de los momentos inolvidables y reales que se viven, todos los días, a todas horas, en la naturaleza de verdad. Algunos son dramáticos, otros son graciosos y los hay también bellos, curiosos o fascinantes. Pero todos son ciertos e instructivos.
La emboscada que los lobos le tienden al ciervo. La primera cita de dos arañas que no saben si van a quererse o a devorarse. El parto de una víbora. Son, en algunos casos, episodios de apenas unos segundos. Para poder mostrarlos han hecho falta cientos de horas de trabajo y espera. "Grabamos cerca de 500 horas para conseguir los siete segundos que dura en pantalla la freza del salmón, con ese ejército de vironeros, que muy poca gente conoce", detalla el director.

5. Disfrutar de los sonidos





Cantábrico cuenta con una banda sonora compuesta por Santi Vega e interpretada por la Orquesta Sinfónica de Praga. Pero su verdadera música son los sonidos del bosque y sus pobladores: los gruñidos del lobo cuando hace presa, el ronroneo de los oseznos mientras maman, el escándalo subacuático de los salmones, el zumbido de los insectos saliendo de sus larvas.
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6. Para que amen la naturaleza...

Los animales y las historias que aparecen en Cantábrico son los protagonistas de una historia más amplia de equilibrios, simbiosis y amenaza. La nuestra. Gutiérrez-Acha es claro en este sentido: "Los lobos no tienen otro depredador que el hombre. Hay superpredadores, hay predadores, hay cazadores, hay víctimas y todo funciona dentro de un equilibrio. ¿Quién desestabiliza ese equilibrio? Nosotros. Se habla del cambio climático, pero es que de alguna manera el cambio climático también lo provocamos nosotros".
Para querer algo, primero hay que conocerlo. Y ese espíritu es el que hay detrás del documental, concebido como "instrumento de conservación". "Creo firmemente que la divulgación y profundizar en el conocimiento de las cosas es la primera piedra que hay que poner para conseguir que la gente lo quiera conservar", dice el director.

7. Y la cuiden en el futuro.

"Los niños son el potencial al que tenemos que trabajar a fondo", asegura. "La conservación de los espacios naturales, y de las reservas, y de los animales salvajes va a estar en sus manos dentro de cuatro días. Es decir, todo el futuro pasa por ellos".
De entre ellos saldrán "ministros de Medio Ambiente, comunicadores de medio ambiente, conservadores, directores de parque... Es muy importante que todos esos niños conozcan y amen la naturaleza".

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