sábado, 6 de enero de 2018

"Ayudar a alguien te hace sentir bien, da ese punto de humanidad" granadahoy.com

  • Granada es uno de los destinos más solicitados por los aspirantes a agente de Policía Nacional
  • Para formar parte del Cuerpo se oposita o a la escala base o a la ejecutiva
"Ayudar a alguien te hace sentir bien, da ese punto de humanidad"

Velan por la seguridad, atienden en emergencias y ayudan a quienes se encuentran en peligro. Todo ello bajo un pretexto que, pese a poder expresarse de multitud de formas distintas tiene un mismo fin: "acostarse cada noche y poder decir: 'he ayudado a alguien', porque eso es algo que te hace sentir bien. Es un punto de humanidad que te da ser de la Policía Nacional". De esta forma es como describe la futura inspectora Celia Carrión (Granada, 1985) su visión de la Policía Nacional, una profesión que ha iniciado hace poco pero a la que se ha entregado de lleno con el claro objetivo de "ayudar a los demás".
Doble licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas y en Marketing, hace unos años decidió dejar su trabajo como directora de arte en una agencia de publicidad en Madrid para prepararse las oposiciones a Policía Nacional. Se trata de un giro de 180 grados, ya que pasó de "fomentar en cierto modo el consumismo y hacer creer a la gente que necesitaba algo aunque a veces no fuese así", a trabajar "por y para ayudar a la sociedad".
MÁS DE 3.000 ASPIRANTES OPOSITAN CADA AÑO A LA ESCALA EJECUTIVA DE LA POLICÍA
Carrión fue una de los 3.555 aspirantes que en 2014 realizaron las oposiciones a la Policía Nacional, de los que solo 60 consiguieron una plaza para entrar en la academia y pasar a formar parte de la escala ejecutiva del Cuerpo. Al igual que esta futura inspectora, cada vez son más los graduados universitarios que se decantan por opositar a la Policía, hasta el punto de que en un solo año el número de aspirantes a la escala ejecutiva creció un 25%.
"Hay dos formas de entrar", explica esta futura inspectora, que pese a ser granadina de nacimiento ha vivido siempre en Madrid. "Está la básica, que es la escala de acceso normal y que te forma para ser agente de Policía, y luego la ejecutiva. Para esta última necesitas una licenciatura o grado y pasas directamente a formar parte de una escala de mando". Por este motivo, la preparación en una escala y otra es diferente.
Mientras que en la escala básica la formación consiste en un curso de preparación en la academia y un año de prácticas en alguna de las comisarías provinciales, en la escala ejecutiva es diferente y más amplia a nivel teórico.
Según Carrión, "en esta escala confluyen los que vienen de la calle y los subinspectores que han ido ascendiendo escalón a escalón. Son dos años. El primer año estamos los que venimos de fuera y la formación es muy intensa y extensa porque tienes que aprender lo mismo que los que vienen por ascenso ya que en segundo nos unen. Tienes asignaturas de derecho, deontología, educación física… De todo. Luego nos juntamos con el resto -los que entran por ascenso hacen el primer año a distancia- y tenemos que estar a su nivel".
Tras ello, estos futuros inspectores realizan siete meses de prácticas en los que cada cierto tiempo cambian de unidad para pasar por todas las áreas y que en el caso de Carrión transcurren en Granada, una ciudad "totalmente diferente cuando se mira desde el punto de vista policial".
"Venía lo típico: en Navidad, veranos, etcétera, a ver a mi familia, y veía una ciudad turística, de estudiantes, con mucha cultura… Pero eso es como una capa superficial de la sociedad. Ahora, desde el trabajo policial, veo una capa más profunda con la que uno asume otra perspectiva que, no digo que sea más real, pero sí más completa. Ya conoces la parte bonita y ahora la parte profunda, de cómo los grupos sociales interactúan con el resto de la sociedad", explica Carrión.
Precisamente, el pasar por las distintas áreas hace que los agentes conozcan más aún este ámbito de los lugares en los que realizan las prácticas, además de ser una forma de "aprender todo lo que hacen todos los agentes en las distintas unidades, porque nunca se sabe qué haremos el día de mañana", aunque cada uno tiene sus preferencias. En el caso de Carrión su meta sería entrar en Homicidios e ir creciendo y ascendiendo, y para ello tiene un claro referente: su madre.
"Para mí, mi madre es un ejemplo. Mi madre estudió en la misma escuela donde he estudiado yo, es como que he ido haciendo un poco su camino. Ella empezó en la escala básica y ahora es inspectora jefe, es como un nivel más que yo y siempre la animo a que siga ascendiendo, a que sea comisaria. Precisamente por ello, aunque antes me dedicaba a algo totalmente diferente, el cambio para mí no fue tan raro. La Policía es algo que he vivido en casa desde siempre".
Una vez termine su periodo de prácticas -que llegará a su fin el mes que viene- Carrión jurará el cargo y pasará a ser una de las inspectoras de la Policía Nacional, un claro ejemplo de que el papel de la mujer "cada vez está más presente y tiene más responsabilidad" en el Cuerpo.
"En mi promoción, que estábamos 60 alumnos, 20 éramos mujeres, por lo que la proporción cada vez va creciendo. Viene gente muy inteligente, con muchas ganas de trabajar y creo que la mujer cambia también la forma de trabajar y da otro toque. Venimos con muchas ganas de evolucionar y llegar a niveles muy altos".
Por todo ello, Carrión afirma con contundencia que a ella "le gusta mucho el papel de la mujer en la Policía", un Cuerpo armado al que "siempre se acaba recurriendo, por lo que si no existiese la figura del policía, la sociedad reclamaría que se crease".
Agentes de la Policía Nacional durante sus labores de vigilancia en el Mirador de San Nicolás de Granada.
En la promoción de Carrión, un 33% eran mujeres.

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